Jorgito quería ser arquero, y soñaba con entrar al cuadro de Baby fútbol del barrio. Raúl ya estaba en el club, y soñaba con ser titular. Pedro, que era titular, soñaba con jugar en formativas del equipo del pueblo. Luis, era suplente de arquero en su categoría, y soñaba con ser titular.
Mario, arquero titular de la categoría, soñaba con ser arquero de la Primera.
Rubén, el arquero titular de Primera división, soñaba por ser convocado a la Selección de la Liga.
Roberto, titular de la selección de la Liga, soñaba con pasar al fútbol profesional.
Heriberto había entrado en un equipo profesional, y soñaba con ser titular en primera división.
Eduardo era el titular en Primera división, y soñaba con jugar en un equipo grande.
Fernando era titular del equipo Campeón, pero soñaba con ir a la selección.
Rodolfo era el arquero titular de la selección y soñaba con un pase internacional.
Carlos era el arquero titular de un importante equipo europeo, y soñaba con un año más de contrato… Con que la carrera no terminara tan pronto… Con que al retirarse su vida encontrara otros incentivos, con adaptarse a ser un “ex”, con acostumbrarse a la nueva vida.
Todos soñaban. A algunos se les iban concretando los anhelos… A otros no. O se cumplieron hasta cierto punto del camino. Tuvieron, entonces, que fijar sus sueños en otro lado, pero nunca vivir sin sueños.
Alberto Vaccaro, julio 8 de 2021