Muerte Primera
La sentí de golpe
en mis adentros
como una gran batalla.
Ella habitándome
llevándome
despojándome en diciembre.
Yo desasiéndome
salvándome
queriendo ser del mundo.
Ella habitándome
escarbándome
como a su sola tierra.
Me vio tan pobre
que deshabitándome
trayéndome a diciembre
me habló de un ramo
y haciéndome de niebla:
vuelve a tus hábitos, Amalia.
Aun es temprano.
Amalia de Figueredo
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NOCTURNO DEL RAMO
Es preciso urgente llevarlas lejos.
testimonio del efímero paisaje
espantan como máscaras.
Bloqueadlas! pero cómo olvidar
el rostro primero
concretándose
sobrepasando a la propia primavera!
Dejadlas en el ramo como están.
Que dicten sin pensados ademanes
la severa lección.
Recién entonces nos avergonzaremos
de haberlas rehuido en su grandeza.