En cierta descripción el profesor dice en la p106. “no podemos comprender lo que no conocemos”, y eso determina el interés de un docente que comprende y entiende que la EDUCACIÓN es un todo, que no sólo es el dictado de la asignatura que lo convoca, y aborda todos los temas que son o pueden ser factores conspirativos o elementos favorables para educar a un joven.  Es claro que el docente para ser bueno debe investigar, comprometerse y conocer, aunque como lo dice el propio profesor, muchas veces hubiera sido mejor no enterarse, puesto que conocer algunas miserias humanas nos afecta de manera expresa.

Si bien es cierto que el texto del profesor yo le haría un orden diferente ya que se mezclan y entrecruzan temáticas, quizás ese entrecruzamiento de temas sea uno de los atractivos de su lectura.  Estamos ante un docente con ideas proféticas o ambiciones interminables, lo que quizás denote en más de una oportunidad la cosecha de alguna que otra frustración hay una parte del texto que me hizo pensar lo ante dicho, en la p 124. Se subtitula “Hubiera querido llegar a todos” , y allí reflexiona sobre a cuantos no les llegó, o cuántos no logró conocer del todo, o simplemente a cuántos no tuvo la oportunidad de conocer por no haber sido producto de la coincidencia maravillosa de compartir un aula.  Allí se denota la pena, y la fase humana del docente que definitivamente no puede estar en todos lados.

Podría describir mil sensaciones más que me ha dejado la lectura del texto del profesor Vaccaro, lo he disfrutado, en el consenso que tengo muchos y en algún disenso que son los menos, y sé que los mismos son quizás producto de pertenecer a generaciones diferentes.

Me enorgullece visualizar a un docente con tanta pasión, es un docente de esos que uno aspira a ser, uno que deje huellas, es un claro ejemplo de hacer las cosas con amor y pasión, y con el tiempo estos docentes adquieren trascendencia infinita en cada uno de aquellos que logró inspirar o simplemente en cada uno de aquellos que logró trasmitirles un rato ameno, haciendo de la Astronomía una excusa para aprender cosas para la vida y fundamentalmente para hacerlos pensar, algo tan buscado y no siempre logrado.

Con el tiempo cuando este docente sea leyenda y se lo recuerde tendré el enorme honor y orgullo decir que lo conocí que charlé con él y que intercambiamos en más de una oportunidad visiones y sentires.

No quiero dejar de hacer referencia a un hecho que sé que le dolió al autor de este libro, pero que más le dolió al  profesor que escribió este libro, y que fue la anulación de la presentación en una institución educativa muy querida para el docente, los motivos aparentes, fueron una posible violación de laicidad en el abordaje de alguna temática, como cada cosa, todo es opinable, y cada uno puede ver fantasmas donde quiere.  No obstante mi humilde opinión es que no existe en ningún planteo ninguna violación a la laicidad, ni mucho menos, en todo caso lo que si hace este texto es romper muchos pre conceptos maniqueos de un debe ser envejecido y de una cultura típica de otras épocas bajo el rótulo del “no te metas”  o “de esos temas en esta clase no se habla”, el texto no tiene esos límites, ni tampoco plantea límites alguno.  La no presentación de esta obra en alguna institución educativa motivos habrán existido pero la pena no pasa por la censura, la pena pasa por no haber sido punto de partida de debate de reflexión y de intercambio.  Espacios estos, tan necesarios y tan ausentes.

Felicitaciones por lo trasmitido, por la síntesis realizada pero por sobre todas las cosas por realzar la labor docente, por construir y trasmitir pasión, muchas gracias profesor Vaccaro.

Mag.Prof. Marcelo Sánchez