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El Cerro desde cada esquina, mi primer libro, es un compendio de crónicas sobre la realidad de Pan de Azúcar al año 1994/95. Muchas cosas planteadas en él ya se han corregido, otras no.
Presentado por el Prof. Ramón Guadalupe en Casa de la Cultura de Pan de Azúcar en 1995.
ÍNDICE
–
-El Cerro desde cada Esquina
Prólogo
Éste, mi mensaje
Pan de Azúcar y el Turismo
Reportaje al Prof. Ricardo Leonel Figueredo
Entrevista a Alfredo Moyano
Reportaje a Amalia Barla de Figueredo
“Juventud, Divino Tesoro”
Liceo de Pan de Azúcar cincuenta años después
Escuela Técnica Julio Óscar Rubio
Es necesario ordenar el tránsito
Educar para el tránsito
.
Una biblioteca, un tesoro
Diez años de la Comisión de Cultura de Pan de Azúcar (acta fundacional)
El deporte como actividad social
El arte no paga
Reportaje a Roberto Villalba
Desiderio
Una historia diferente
Pan de Azúcar y la vivienda
Reportaje a Abayubá Caraballo
La canción de Pan de Azúcar
Te recuerdo Pan de Azúcar
Algunos breves comentarios
"El Cerro desde cada esquina"
Pan de Azúcar ciudad y Pan de Azúcar el cerro, son un binomio unido por lazos más firmes que la simple coincidencia de los nombres.
La planta urbana se extiende en la convergencia de varias rutas, que hace mucho tiempo, le hicieron importante como punto geográfico.
El Cerro es la identificación de la zona. De una zona que va mucho más lejos y que se reconoce ante su estampa característica, coronada por la singular Cruz de cemento.
Aunque, claro está, sólo la ciudad tiene el gratificante privilegio de mostrar la mole de granito desde cada esquina…
Alberto Vaccaro
Prólogo
Si te paras en cualquier esquina, ves un cerro. Durante las horas cambiará plásticamente
De colores, de cielo y de primeros planos.
Encontrarás la sonoridad de las calles, los olores que se desparraman, el andar sin tropiezos por las veredas nuevas y quizás sientas ese sabor a salitre que trae el viento de las sudestadas.
Alberto Vaccaro, ha hurgado, buscando raíces, tatuajes y la epidermis de Pan de Azúcar. La ciudad está en marcha. Su condición de periodista le obliga a rastrillar continuamente y ese continuo golpear en el yunque determinó que nacieran estas crónicas.
Testimonio auténtico de una época, tiene un valor realista, una premonición de futuro, una realidad acuciada de urgencias y las preocupaciones de quien siente amor por su terruño.
Los que lleguen más tarde, tendrán tiempo de volver al escenario. Quizás los telones del fondo sean distintos, pero todo partirá de un núcleo.
Vaccaro ha corrido nuestro telón, así es Pan de Azúcar.
Ricardo Leonel Figueredo
Presidente de honor de la Comisión de Cultura
De Pan de Azúcar
Éste, mi mensaje
Casi a punto de agotar los temas de los que me propuse escribir, me pregunto qué respondería si me interrogaran sobre las razones que me impulsan a hacerlo.
No hay dudas: Diría que tengo un mensaje y experimento la imperiosa necesidad de publicarlo para que llegue a los lectores; éstos tendrán que calificar mi trabajo, pero yo sentiré la tranquilidad del deber cumplido.
En verdad, siempre me sentí atraído por la comunicación. En mi adolescencia soñé escribir un libro de poesía, pero mis románticos versos duermen entre apuntes y no sé si quiero revelarlos. Algunos aparecieron en semanarios, revistas y libros de varios autores. Otros, son un mensaje que ya no siento, son un bonito recuerdo para mí, pero no me representan tal como me veo en la actualidad.
Más tarde, como docente, pensé en editar mis apuntes de Astronomía… tal vez algún día lo haga.
Pero como periodista, me encontré de pronto frente a un cuaderno de anotaciones, en el que fui registrando alguno de los temas que en el transcurso de más de trece años de programa radial, me fueron preocupando sobre Pan de Azúcar y la zona.
“Las palabras se las lleva el viento”, cuando son dichas por radio. Muchos las escuchan, entienden su significado, se sienten o no, movidos por ellas…pero con el tiempo se olvidan. La palabra escrita perdura, se puede leer y releer tantas veces como haga falta y en el momento que se desee.
Algunas cosas quiero compartirlas con ustedes: frases que me dijeron personas que respeto y valoro, unas pocas ideas; pero fundamentalmente, un grito de alerta
Sí, un grito de alerta. El trompo del tiempo gira sin pausa, aunque parece por momentos dormido e inmóvil. Los cambios a veces son lentos e imperceptibles, pero constantes. En el ajedrez de la vida cada movimiento puede ser un paso importante hacia nuestros objetivos, y a la vez, suele dejar desprotegidas a nuestras piezas más valiosas.
Como todos, quiero el progreso de mi Ciudad. Quiero que crezca para fortalecer la economía. Entonces harán falta viviendas.
Mientras las casas y apartamentos van surgiendo maravillosamente por doquier, me pregunto si las autoridades pensaron hacia dónde debe extenderse la urbanización. Me pregunto si los nuevos barrios tendrán los servicios esenciales. Quiero saber que otros problemas tendremos en la inevitable y necesaria expansión demográfica: Aulas de clase insuficientes y grupos superpoblados, incremento de la delincuencia, proliferación de vicios, aparición de cinturones marginales, carencias mayores de agua potable, más frecuentes cortes de energía eléctrica, basurales, ratas…
Las páginas que siguen son eso: un grito de alerta, que aparece repetido de diversas formas, desde distintos ángulos. Directa o indirectamente. Expresamente o incluído en comentarios generales que no siempre me pertenecen, sino que quise rescatar, de diálogos con quienes dignos de mayor consideración, tienen su auténtico y muy propio punto de vista.
Si todo transcurre como espero, al terminar la lectura de este modesto pero esforzado trabajo, Ud. Habrá recibido el mensaje.
Pan de Azúcar y el Turismo
El turismo es la principal industria de Pan de Azúcar y toda la zona Oeste del Departamento de Maldonado. El Departamento en sí vive del Turismo. Englobamos en esta actividad a quienes trabajan en hoteles, restaurantes, casas de veraneo, construcción de edificios, comercios en general, etc.; en resumen, en todos aquellos emprendimientos destinados directa o indirectamente a albergar y dar servicio a los visitantes.
Pan de Azúcar supo de fábricas importantes, con significativo número de personal. En la actualidad, las fuentes de ocupación no son muchas y de las existentes, pocas son para una cantidad grande de funcionarios.
En un análisis grueso, podríamos decir que Agro Industrias La Sierra emplea a unas trescientas personas, cuarenta de las cuales residen en Pan de Azúcar. Poco más de cuarenta funcionarios tiene el Supermercado Juan Blois, un número próximo a cien personas trabajan en Nortel y otras tanto en la Compañía Nacional de Cemento (K.110). Casi doscientos funcionarios tiene la Junta Local, unas cien personas trabajan sumando, OSE, UTE, y ANTEL en la Ciudad, aproximadamente cuarenta personas lo hacen en la Salud (Pública y Privada).
Dada la gran cantidad de comercios que existen en Pan de Azúcar, es difícil de estimar cuántas personas dependen económicamente de ellos, aunque en la mayoría, sólo atienden el dueño y uno o dos empleados. ¿Serán trescientas personas?
Agreguemos Comsa (ex Igam), policías y militares, estudios o consultorios de Profesionales Universitarios, fábricas de cerámicas, carpinterías, maestros y profesores, mecánicos, bancarios…
¿Cuántas personas trabajan en una u otra rama de actividad, dentro de la Ciudad de Pan de Azúcar? No estamos en condición de hacer un cálculo exacto. ¿Podríamos hablar de mil quinientas personas? Seamos optimistas y digamos dos mil.
Nuestra intención no es hacer un censo de ocupación en la Ciudad, sino demostrar con números redondos y claros la gran importancia del Turismo: La empresa Guscapar, traslada en verano diariamente a Piriápolis unas mil ciento treinta personas como promedio. Según los responsables de la línea, el ochenta por ciento de esa cifra corresponde a trabajadores en el área turística; unos novecientos pandeazuquenses. En invierno, el número de viajeros disminuye a setecientos por día, casi todos por razones laborales.
La misma empresa traslada a San Carlos por Maldonado, cuatrocientas veinte personas en verano y trescientas sesenta en invierno.
COOM, mueve cada jornada estival unos cuatrocientos pasajeros a Maldonado-Punta del Este y doscientos en invierno. Además, muchas personas utilizan otros medios de trasporte: ómnibus, micros y camionetas contratadas; varias empresas de línea, vehículos particulares, etc.
Un cálculo muy pesimista, nos deja la idea de que más de mil personas trabajan todo el año en turismo, como dijimos al comienzo, directa o indirectamente en dar alojamiento y servicio a los visitantes que reciben Piriápolis o Punta del este, mientras que en verano la cifra se eleva a más de mil quinientos o dos mil.
El Hotel Argentino ocupa en verano a doscientas ochenta personas, y en invierno a más de cien permanentemente, y unas ciento cincuenta, los fines de semana. De estos números podríamos desglosar a quienes viven en Pan de Azúcar: 51 en verano y aproximadamente la mitad en invierno.
Citamos el Hotel Argentino por ser uno de los mayores complejos turísticos, pero podríamos extender el comentario a cada hotel, restaurante, comercio en general o inclusive a la Construcción, estrechamente vinculadla turismo.
De lo antedicho nos surgen varias conclusiones. La primera es profesionalizar y categorizar la mano de obra. Si bien la Intendencia Municipal de Maldonado ofrece a través de IMET cursos de Turismo, pensamos que la Universidad del trabajo, que dispone de la estructura básica necesaria en la Escuela Técnica de Pan de Azúcar, tendría que incluir entre sus opciones, carreras cortas de mozos, mucamas, conserjes, cocina internacional, guía turístico y albañilería.
La iniciativa dotaría a los trabajadores de la ciudad y de la zona, de una capacitación que les pondría en mejores condiciones de competitividad ante la aparición de mano de obra de otros países, especialmente Brasil. Permitiría aspirar a mejores remuneraciones y evitaría tener que comenzar siempre como peones y ayudantes. Pero, además, se verían beneficiados todos los establecimientos de la zona turística al poder contar con funcionarios especializados.
Otra conclusión es que la Ciudad toda, debe aspirar a entrar en el mercado turístico no solamente colocando trabajadores en Piriápolis y punta del Este, sino haciendo que los visitantes lleguen a Pan de Azúcar. Tenemos mucho para ofrecer: el Parque Zorrilla, El Museo, La Guardia Vieja, los hermosos paisajes de la Ruta 60 y de Nueva Carrara. Pero podemos crear nuevas atracciones: Expo-Ferias permanentes de artesanos, fiestas criollas, Exposición de cuadros…y una ciudad limpia y ordenada que invite a recorrer las veredas y apreciar las vidrieras de los comercios o detenerse en bares o restaurantes.
Claro que simultáneamente, habría que realizar una campaña de información con folletos y cartelería, publicaciones en la prensa y otros, que tendría que organizar una institución como por ejemplo el Centro Comercial.
No descubrimos nada si señalamos que el Este del País tiene un gran potencial turístico, hasta ahora casi exclusivamente explotado en base a la costa y las playas. Poco a poco habrá que ir pensando en argumentos que extiendan el tiempo de trabajo, para que éste pase de solamente dos meses de trabajo a la mayor parte del año. En todo el Mundo existen lugares sumamente visitados en cualquier época, muchos de ellos lejos del mar. Si pensamos seriamente en el asunto, y nos disponemos a aprovechar al máximo las posibilidades que ofrece una región rica en hermosos paisajes naturales; si además tenemos en cuenta que a los viajeros les interesa conocer las costumbres autóctonas, y si también pensamos que el Mercosur impone un nuevo tiempo para el que debemos prepararnos con propuestas nuevas, entonces, Pan de Azúcar debe ser parte activa de un contexto global destinado a ofrecer variedad de opciones para el turista.
El siglo XXI podrá encontrarnos con varios hoteles que complementen la capacidad de alojamiento de Piriápolis o Punta del Este, con paseos reacondicionados o agregados a los ya existentes, con comercios abiertos a un mercado de más clientes… y si la inversión resulta, la eyección en la economía de la comarca acercará otros proyectos.
Prof. Ricardo Leonel Figueredo
(verano de 1995)
Cada pueblo fundamenta su identidad en algunos hombres que sobresalen por su personalidad. Individuos que tienen su lugar ganado de tal modo, que son columnas fundamentales en la estructura intelectual de la comunidad. Líderes naturales que generan un respeto unánime.
En épocas de guerra serían héroes…Patriarcas. En épocas de paz son aquellos personajes que marcan rumbos. Todo pueblo los tiene. Pan de Azúcar también.
Creo ser muy justo al decir que un claro ejemplo es el Prof. Ricardo Leonel Figueredo; el “Maestro Chino” para muchas generaciones.
Educador por naturaleza, es de esas personas que no se ciñen a los caminos hechos, sino que gustan de fabricarlos, apartándose sin pudores de las mayorías costumbristas. Maestro y profesor de Enseñanza Secundaria, no pasó inadvertido para ninguno de sus alumnos. Como historiador, siguió sus propias reglas y razonamientos para reconstruir el pasado. Como escritor inventó un estilo y jamás se apeó de él. Como pástico eligió muy bien sus paisajes. Como un ciudadano muy observador evaluó con un criterio auténtico los hechos sociales. Poco partidario de elogios melosos, sabe ser un crítico severo, o alentar con una palmada en el hombro a los que recién empiezan.
No se trata de un ideal, sino de un hombre con virtudes y defectos, que simplemente se destaca por facetas muy marcadas en su personalidad.
Al “Maestro Chino” acudimos mil veces para pedirle opinión sobre algún tema. Nos ha acompañado desde el comienzo de nuestra labor periodística. Con acierto fue designado Presidente de Honor de la Comisión de Cultura de Pan de azúcar. Por todo lo antedicho, al iniciar este emprendimiento, asumimos que una de las visitas que haríamos, sería al Profesor Ricardo Leonel Figueredo.
El lunes 9 de enero de 1995, previo acuerdo, asistimos a su casa de la calle Artigas casi Rivera. Fue un diálogo abierto como hemos tenido varios, pero con un grabador sobre la mesa:
“De acuerdo a datos de Martínez Rovira, en 1823 hubo un proyecto de fundación de Pan de Azúcar, que no se concretó por las luchas que se produjeron en aquel entonces. Recién en 1874 se viene a concretar por una sencillísima razón: el lugar estaba en la ruta de penetración al Brasil, que partía de Montevideo y llegaba hasta el Chuy. Era necesario ir fundando ciudades intermedias para las “postas” que duraron hasta 1911”
Naturalmente el Prof. Figueredo respondía así a la primera pregunta: ¿Cómo nació Pan de Azúcar? En su relato, hizo lugar para mencionar a un olvidado entre los fundadores de la ciudad:
“La inquietud partió de Joaquín Márquez, a pesar que lo discriminaron y no lo pusieron como fundador. Joaquín Márquez compró los terrenos y solicitó a Félix de Lizarza que hiciera el fraccionamiento. Este fraccionamiento se hizo dos veces porque el primero se hizo de Norte A Sur, entonces las primeras casas (todavía queda una frente a la UTE) estaban ubicadas de tal manera que sólo tenían Sol en verano. La segunda delineación (que no sé quién la hizo), tomó los puntos cardinales por las diagonales de la plaza. Fue una inquietud importante con vecinos casi todos de san Carlos, pero reitero, discriminaron a los que ya estaban que eran muchos. Incluso vivía gente en la zona del Renegado, y la primera escuela de niñas estuvo en las antiguas casa de Santiago Rappa”.
El objetivo de este trabajo no es estrictamente histórico, sino que quisimos apoyarnos en los comienzos del centro poblado, para tener un panorama de su evolución. En nuestro concepto Pan de Azúcar crece en forma desordenada, y sería muy positivo elaborar un Plan Director que estableciera normas para la expansión de la Ciudad.
Se lo comentamos al Pro. Figueredo, y nos dijo:
“Bueno, para mí, está creciendo en forma completamente desordenada, existe una inclinación a ir hacia el Norte, en vez de ir hacia el Sur. Para mí tendría que crecer hacia el Sur, pero los hechos me contradicen y lo hace hacia el Norte. En este momento realizar un fraccionamiento cuesta mucho dinero…Muchísimo dinero. Entonces es casi imposible si no se parte de una cooperativa de viviendas, poder concretar un fraccionamiento porque solicitan calles, luz, agua, y en algunos casos hasta saneamiento. En segundo término, los solares cuestan mucho”
“Hay un fraccionamiento que data de 1945, con cuarenta y tantos solares, que no tienen ni luz ni agua, y no sé por qué no fue vendido, porque esa división fue aprobada”
Creemos que el problema de la vivienda es uno de los mayores, pero también hay otros en la actualidad. Quisimos saber la opinión del Maestro:
“Problemas hay muchos, pero la gente es inconforme, porque le solucionan una cosa y ya está pidiendo más. Cuando yo tenía catorce o quince años, los autos patinaban frente a la plaza; hace veinte años, las calles del Centro no se podían transitar por los pozos, y yo veo que la gente se sigue quejando. Yo vivía en una esquina, donde por más de cuarenta años aguanté aguas servidas, y jamás me quejé porque sabía que los vecinos no tenían otra solución. Parece que en la actualidad son todos demasiado sensibles o muy quisquillosos.
No hay dudas que Pan de Azúcar ha crecido. Hay nuevos complejos de viviendas y por la calle vemos frecuentemente gente nueva. Apellidos no autóctonos aparecen en las escuelas.
Pero nos queda la impresión de que si se desarrollara más la construcción de casas el crecimiento sería más rápido.
“Sí. Si hubiera más viviendas, la ciudad tendría más habitantes. Pero he notado que treinta años atrás, la cantidad de ómnibus que salía de Pan de Azúcar por la mañana era muy inferior. En estos días a la hora 8, ya han salido once ómnibus con trabajadores. Quiere decir que al ritmo que va la ciudad, crece por la ocupación de mano de obra en lugares vecinos: Punta del Este, Portezuelo, Piriápolis. Además, la mano de obra de Pan de Azúcar es bastante bien cotizada. Hasta los “botijas” trabajan. Yo vivo en un lugar céntrico donde del sábado al domingo no se puede dormir, pero han disminuído los ruidos porque todo el mundo está trabajando”
El rumbo que tomó la charla nos puso frente a una de nuestras claras convicciones: la principal fuente de trabajo de Pan de Azúcar es el turismo; por quienes cumplen funciones directamente en establecimientos turísticos, como hoteles, restaurantes e inmobiliarias, y por quienes lo hacen en la construcción, supermercados, estaciones de servicio y tantos otros rubros que se activan en base al turismo.
“Creo que sí, como en todo el Departamento, la fuente laboral es el turismo. Hubo incursiones en la frutilla que me parece que fracasaron porque no se repitieron, en la papa, y están las canteras, las caleras, la fábrica de cerámica, las carpinterías, Nortel, pero haría falta que surgieran pequeñas industrias que no han sido descubiertas. Si la gente pidiera menos alquiler por algunos locales grandes que están vacíos podrían instalarse pequeñas industrias. En estos momentos un muchacho joven que tenga iniciativas, no puede desarrollarlas, porque necesita capitales. Los impuestos nacionales, BPS, alquileres altos, no le dan ninguna oportunidad como para subsistir. En Pan de Azúcar, hay demasiados comercios. En dos calles existen cerca de cien comercios, son las calles, Félix de Lizarza y Rivera. La Ciudad es un centro comercial donde la gente subsiste, pero no gana de acuerdo a lo que invierte. Los capitales invertidos en comercios, posiblemente dieran más resultado en el Banco”.
“Volviendo al crecimiento de Pan de Azúcar, cerca de la plaza está el fraccionamiento de Bonet, seis hectáreas fraccionadas en manzanas, pero no en solares. Esto traba la expansión para el lado Este, mientras los fraccionamientos del Barrio Las Brisas se van aproximando al K.110. Dentro de muy poco tiempo, el K.110 va a estar unido a Pan de Azúcar”
En otras páginas de este libro nos referiremos a la juventud, pero queríamos conocer la opinión de alguien que ha estado cerca de los jóvenes por muchas generaciones:
“La juventud fue siempre la juventud… uno en aquella época tenía sus “deslices”. Yo recuerdo perfectamente haber aspirado efedrina sin saber las consecuencias, porque uno de los compañeros la usaba para destaparse la nariz cuando estaba resfriado. Posiblemente los muchachos sean más “noveleros” en este momento. Yo saqué la grande cuando tenía veintiún años: dejé de fumar; para mí fue “sacar la grande”. No he sido bebedor, a pesar de que mis “birundelas” me las he tomado. Los muchachos lo hacen todo por esnobismo, por novedad… Empiezan jugando y se hacen adictos. Ahora ¿Por qué toman vino los jóvenes? Yo cuando era chico tenía una bodega a disposición. Estudiaba de noche con Lilo Bonet en la bodega, probábamos todo, pero no tomábamos en demasía. Ahora los muchachos toman vino porque es lo Más barato que hay, no tienen “paladar” para distinguir el vino bueno de uno malo y toman por tomar”
“En mi juventud, nos “agarrábamos” a trompadas, y ahora no lo hacen; en este aspecto son más civilizados, pero están en más contacto con los vicios. La droga es un peligro, la televisión tiene mucha culpa de lo que pasa por la violencia que exhibe. Nosotros éramos violentos de otra manera, en el fútbol, por ejemplo. En la época de tu abuelo el Crio. Juan Angel Pereira, y antes también, cada partido con los de San Carlos terminaba con treinta o cuarenta presos. Esto ahora no se ve, pero al fútbol asiste mucho menos gente, y ha decaído notoriamente. Ahora vivimos en un mundo dirigido, a los jóvenes les imponen la música, la moda, los vicios. Todo es a base de propaganda. Una de las cosas que mató al fútbol fue la aparición de “las maquinitas”. Las maquinitas aislaron al muchacho, lo segregaron.”
“Una de las cosas que nos enorgullece es el nivel cultural de la ciudad; escritores, plásticos, artesanos…
“Pan de Azúcar siempre fue culta. Desde 1916 existió una sociedad cultural negra, “Espinas de una flor “que hacía actos culturales. En 1932 hubo otro movimiento importante. En 1957 explotó el “Saltimbanqui”, un movimiento cultural enorme, con teatro, otras manifestaciones, pero lamentablemente duró poco. Es algo cíclico que aparece cada veinte años, y depende de los jóvenes que se hacen adultos. A veces los jóvenes fracasan porque no tienen continuidad. Así no se llega a ningún lado. Hay que trazarse una meta y seguir”.
“La prensa escrita comenzó con un negro que escribió un periódico a mano (“La Verdad”) del que no queda ningún ejemplar. En 1918 surgió un periódico que se llamó “Pan de Azúcar-La Sierra”, y luego otro” La Palabra”, del cual yo conservo un número. A fines de la década del veinte hubo dos periódicos: “El Pueblo” y “Rumbos”, que se preocupaban por las inquietudes locales. En la década del treinta existieron varios periódicos de vida más o menos efímera, y con la llegada de los diarios de Montevideo cuando comenzaron a pasar los ómnibus, las publicaciones locales murieron. “
“En 1937 hubo una revista literaria(“Mástil”) que dirigía mi tío Álvaro En la misma época apareció una cartulina escrita a mano, “El Tábano”, dirigida por Miguel Ángel Cortés, gran pintor… Era toda crítica y por ese motivo le dieron algún “piñazo”.
“El Tábano” quedaba durante unos quince días sobre una mesa del Bar Avenida, así todo el mundo se enteraba de lo que decía. En la década del cincuenta aparecieron muchos que no me acuerdo, El Saltimbanqui, que fue un periódico de alto estilo. Ahora se destaca el gran esfuerzo que ha hecho el Semanario Zona Oeste, aunque la gente no capta los esfuerzos locales. Acá no se valora ni se conoce que mucha gente de Pan de azúcar está triunfando en el exterior, y se valora más lo foráneo. Quizás lo mismo te pase a ti, que algunos no te valoran el esfuerzo de mantener tantos años un programa radial de Pan de Azúcar”
“Esto se da en muchos lados. A veces nos subestimamos frente a valores de Montevideo que porque son de Montevideo se creen que saben mucho y no saben nada”
Hablar con el Prof. Figueredo nos está permitiendo conocer su óptica sobre muchas cosas, pero hay un tema que ha sido siempre su pasión: los negros. Sabemos muy bien que en su opinión la población de color era parte significativa de la identidad de Pan de Azúcar no muchos años atrás.
“En la década del treinta más o menos, entre negros y mulatos, se podía calcular un treinta por ciento de la población; incluso le llamaban “EL pueblo de los Negros”. Había negros retintos, de esos azules, y pardos. Los negros – negros, se dedicaban a la música. Los cumpleaños duraban dos o tres días, sin parar los tambores día y noche. Después de la guerra en la década del cuarenta, el Uruguay vivió una época floreciente (Inclusive una fábrica de tejidos que había acá trabajaba en tres turnos haciendo abrigos para los soldados). El fin de esta época tomó desprevenido al país y también a loa negros. Éstos que estaban en la música y en el vino se empezaron a morir tuberculosos. Cuando hubo que trabajar, las mujeres lo hacían en trabajo doméstico y los varones una orquesta muy buena (dirigida por un negro de Melo, de apellido Terra) que tocaba en los mejores lugares de Punta del Este. Después se empezaron a ir a Montevideo, quedaron los viejos, y todo se desintegró.”
«Los negros que hay ahora, no son de acá, son casi todos de Treinta y Tres. Queda la negra “Cosa Pelada”, que vive detrás del Hospital, y “La Tota”. Después de la desaparición de los negros, Pan de Azúcar cambió mucho. Recuerdo el último conjunto, en la década del cuarenta: “Los Negros Humildes”, dirigido por una negra muy gorda, Jesusa Botaro, ya veterana. Tenía cuarenta integrantes y tanta calidez, que quisieron llevarlos para Buenos Aires, pero los negros no quisieron ir. Ganaban todos los premios del Departamento, regresaban con todos los negritos dormidos arriba de los camiones. “
Una persona que como el “Maestro Chino “conoce tan bien la Ciudad, su historia y su evolución, seguramente valora el progreso que ha llegado en los últimos tiempos. Le hicimos la pregunta:
“En los últimos cinco años ha habido tres cosas muy importantes, algunas iniciadas antes. Todo el mundo decía que el saneamiento no iba a funcionar, que iba a costar carísimo; pero la gente lo paga con el agua y no se da cuenta. Fue posiblemente de las últimas cosas que se hicieron, aunque muchas casas no están aún conectadas. Otro progreso valioso fue el teléfono digital, antes se demoraba un día para hablar a Montevideo. Pero algo que la gente no valora en su real dimensión, es la cantidad de viviendas que se han construído, varios complejos terminados, tres para comenzar, las viviendas municipales en la Estación. Lo que queda vacío se llena rápidamente, sinónimo de crecimiento de la Ciudad. Como Pan de Azúcar yo no he encontrado ninguna ciudad chica en el Uruguay. Acá hay solamente un rancho al lado de la vía, es el único. Las demás casas son todas de material, lo que habla de un buen nivel de vida. Hay trabajo, las casas son caras, pero el nivel de vida es alto. “
“Al Mercosur yo lo veo con esperanza (ya este año pensaba exportar canarios, pero obtuve pocos pichones). Lo que creo es que el uruguayo tiene que volcarse al campo. La salvación del país no está en Montevideo, sino en la campaña.
Eso sí, no podemos estar supeditados solamente a la ganadería. A quienes trabajan mucho, les va bien, como Calo que tiene varios invernáculos y abastece comercios de Montevideo. Otro hombre, Machado, se transformó en productor agrícola. Machado era buzo, tuvo que retirarse por la edad, vendió su casa en Piriápolis y compró una fracción de campo cerca del Cruce, y trajo a toda la familia y las hijas casadas. Hizo un invernáculo y ya están viviendo de eso. Ricardo Torres, que lo hizo él solo, con gran sacrificio, compró el nylon que dura dos años. En los primeros cuatro meses desquitó la inversión vendiendo cebollino y plantines de tomate. El asunto es ingresar en lo moderno, nuevas técnicas especialmente de riego, y trabajar.”
Quiero agregar que Pan de Azúcar tuvo un desarrollo importante allá por la década del cuarenta cuando se fundó el Banco Pan de Azúcar, (Caja Popular en el comienzo), que hizo una cantidad de fraccionamientos e inició el loteo a plazos”
“Muchísima gente (en el Barrio del peligro por ejemplo), accedió a terrenos chicos de trescientos metros más o menos”
“Pan de Azúcar se destacó hasta la década del treinta por la enorme cantidad de viñedos. Éstos se abandonaron: había inspección fiscal, y las bodegas se dejaron. Hubo un gran vivero de árboles frutales que tenía mucha venta, pero como las personas eran viejas, también se dejó. Todo eso requería mano de obra extranjera, especialmente italianos. Estos italianos hicieron una cantidad de quintas que abastecían a Pan de Azúcar, pero poco a poco fueron desapareciendo…”
La charla seguía, sumamente amena para mí, porque estaba enterándome de cosas que desconocía. Aprovechar los
Conocimientos del Maestro Me parecía una buena inversión si lograba evitar que algunos de estos recuerdos pasaran algún día al olvido. Pero era hora de terminar, por lo que quisimos cerrar la nota con un mensaje a los pandeazuquense de hoy y de mañana:
«Hay una cosa que es fundamental. Yo estoy alejado de Secundaria, veo a los muchachos, algunos que van al liceo hasta sin cuaderno o lápiz. Pero todavía el porcentaje de alumnos de la Ciudad que llegan a la Facultad es bastante grande, y es grande el número de chicos que se reciben de profesionales universitarios. Para eso hacen sacrificios, viajan, estudian. Pero lo logran porque tienen una meta. El mensaje es ese: Fijarse una meta para poder llegar”
Romance para la fundación de Pan de Azúcar
El plomo de las palomas
Eriza cardales secos.
Sobre mástiles de izaba
Mutilan gritos los teros
Y en la pizarra del agua
Viven horizontes viejos.
Ya Don Félix de Lizarza
Rompe el yunque del silencio,
Amojonando distancias
Sobre los planos del viento.
Un candelario de ranchos
Esparce fogones nuevos.
Agrias lechuzas rechinan
Rayando el perfil del cielo.
Un redoblar de pezuñas
Queda aquietado en cencerros
Y esmerilada de grillos
La tarde cuelga sus flecos.
Mil ochocientos setenta
Y cuatro. Sus compañeros
Son: Don Francisco Bonilla,
Enrique Brun y Don Pedro
Alfonso, Miguel Alzuri…
Se está incendiando el lucero.
Y candiles temblorosos
Arden en cansancio y sueño.
También Felipe Pagani
Y Andrés Vázquez. Todos ellos
Enraizarán en espigas
Materializando anhelos.
La Luna escarda las nubes.
Abriendo grietas, un perro
Se apuntala en un ladrido.
Canta el arroyo contento
Y pan de Azúcar naciente
Se adormila entre los cerros.
Pro. Ricardo Leonel Figueredo
Alfredo Moyano
“Fabricante de arco iris y Globos de colores”.Así se autodefine reiteradamente, cuando en algún acto literario, evoca su oficio de poeta.
“¿Por qué no seguir? El poeta no tiene que contabilizar sus éxitos… sino su mundo de fantasía. En él gira la calesita tentadora: aunque no se detenga, un impulso nos hará trepar para dar vueltas, entre espejos y música. Por momentos estamos en la fiesta. Si el hastío o el miedo o la soledad, nos impelen a descender, queda la posibilidad de guardar el recuerdo maravilloso. Es lo que importa: decir que pudimos. El poeta está en el medio de la noche, atrapando sus audibles llamadas. ¿Por qué no oír sólo las de las tristezas y la muerte?” (Revista Letras Nº 1)
Idealista y bohemio, poeta y periodista, Alfredo Moyano tiene un lugar bien ganado en Pan de Azúcar, aunque no nació en la Ciudad.
“Nací en 1943 en Montevideo, y asistí desde pequeño al colegio “Palotes”. Prácticamente me crié allí como medio pupilo, en Larrañaga 2882, Montevideo. La Parroquia editaba un boletín (“Noticias”) en el que yo, a través del impulso del Director, el Padre Máximo Leman, El Padre Gerardo y el Padre José, empecé en el periodismo con siete u ocho años. En 1963, con veinte años, publiqué un artículo sobre “racismo” en el Diario Punta del Este, a raíz de un caso acontecido en un club Social de Pan de Azúcar, donde los negros eran rechazados. Muchas personas dejaron de saludarme por aquel motivo. “
“Antes de venir a Pan de Azúcar, yo vivía en la zona de “La blanqueada” en Montevideo y me vine de allá por el sesenta. Trabajé muchos años en el Salón de Revistas que tenía mi padre, y allí comencé a escribir poesías y hacer periodismo oficial…Conocí a José Palacio, quien me impulsó a escribir en el diario Punta del Este. En aquella época jugaba al fútbol en el “Nacional” de Pan de Azúcar y después comentaba los partidos para el Diario
Más tarde pasé a “La Democracia” de San Carlos, con Arias, padre. Durante la misma época colaboré con otras publicaciones también, fundamentalmente con poesías, que es algo que siempre me gustó. En Radio Maldonado comencé a trabajar en noviembre de 1978”
“Siempre sostuve lo de ejercer un periodismo más allá de lo comercial, (que también lo hago como medio de vida) un periodismo que contribuya a crear una realidad mejor, o modificar la realidad que es mala. Yo te he escuchado a ti, Alberto, que peleas en tu audición, para alertar a la muchachada sobre los peligros que encierran, el cigarrillo, el alcohol, la droga. Muchas veces también me embarqué en peleas por la Comunidad y sin buscar lucimiento personal asentí que han fructificado. Basta que una persona reflexione y cambie de actitud para que nuestra tarea haya sido tremendamente importante. “
“Muchos años escribí para La democracia, tenía cincuenta o sesenta suscritores, y los ejemplares me los traía el guarda Guadalupe en la Cooperativa. Vendía avisos, y con eso me rebuscaba.
En Pan de Azúcar se han producido cambios notorios. Ha venido el progreso con sus cosas buenas y sus cosas malas. Entre ellas ya hablamos de las drogas. Yo también me he preocupado de eso en el “Semanario Zona Oeste” Todo está de acuerdo con el atípico crecimiento que sufre el Departamento de Maldonado. Esto desbordó a todo el Mundo, crea desafíos a las autoridades. ¿Quién iba a creer hace treinta años que Pan de Azúcar iba a pasar de cuatro mil habitantes a casi diez mil? El progreso ha venido a tropezones, apurando a las autoridades. Nuestra ciudad está dentro del Mundo, y nos afectan problemas universales. Eso no quiere decir que todo sea malo, también hay buenas noticias, aunque los medios de comunicación las dejen a veces de lado. Existe la Madre Teresa de Calcuta, y en Pan de Azúcar hay gente como Roberto Villalba, que aún con problemas para caminar, se hace en invierno dieciocho cuadras para llevar una ayuda a una familia con dificultades por enfermedad o carencias económicas. Este tipo de cosas enaltece a la raza humana”
“Se nos viene el siglo XXI y tenemos que prever cosas como el suministro de agua potable a la población de pan de Azúcar. El Intendente Burgueño me dijo una vez que hay que pensar en conectar la Ciudad al sistema de Laguna del Sauce, y yo creo que sí. Tenemos que poner atención a los jóvenes: Es una minoría la que está desviada, otros practican deportes, teatro, etc. Debemos insistir, machacar con buenos ejemplos para ayudar a esa minoría… Hacer lo que tú haces, estar permanentemente remarcando el daño que traen los vicios”
“El tema de la vivienda, está vinculado al crecimiento. Se han hecho muchas, pero falta un plan tipo Medir, ese tipo de soluciones de precio accesible y construcción decorosa. Creo que sería positivo hacer una terminal de ómnibus, yo la pondría por la salida de la Ruta 60, ya que para ese lado ha crecido Pan de Azúcar. Es necesario que la gente se conecte cada vez más al saneamiento. Uno de los logros más importantes que hemos tenido es el teléfono automático. Te subrayo que debemos insistir frente a las autoridades, que administran los recursos de todos nosotros, no de ellos, para que tomen previsiones frente al gran crecimiento que tiene el departamento; vivienda, servicios como agua, energía eléctrica, saneamiento. ..”
“Para terminar te voy a contar una anécdota que me parece deja bien claro cuál es la influencia de los medios de comunicación en la gente: Un día pasó un amigo por mi comercio, (cuando tenía el Salón en Ituzaingó casi Lizarza) y mientras esperaba el ómnibus para Maldonado, me contó que se mencionaba el nombre del Dr. Héctor Fontes (h.) para Director del Hospital. Él se fue a trabajar y a mí me quedó “picando” la noticia. Al rato tuve que hablar con Carlos Báez, jefe de informativos de Radio Maldonado por aquella época, y tras pasarle otro mensaje, me acordé de lo que me había dicho mi amigo y se lo comenté a Báez. Al mediodía “Carlitos” transformó en noticia el dato que le pasé, y salió en el Informativo Central.
Cuando mi amigo regresó de Maldonado, a las seis y media de la tarde, vino a verme y me dijo: -“¿Viste como era cierto lo que te comenté? Lo dijo la radio al mediodía”
Alfredo Moyano. Un hombre más de Pan de Azúcar. Usted lo ve con su carpeta bajo el brazo caminando sin prisa por la vereda o jugando con su hijo en el parque del Liceo. Quizás lo recuerde jugando al fútbol hace treinta años, o lo escuche por radio y lea sus artículos. Si gusta, puede leer sus poesías o verlo en actos culturales.
Pintado como el que más en el paisaje de la auténtica Pan de Azúcar, Alfredo Moyano posee una vasta experiencia con la que quisimos enriquecer este trabajo
Amalia de Figueredo
Era la tardecita del miércoles 12 de setiembre de 1984. Amalia me estaba esperando para un reportaje radial. Hablaba con ella cuando quería, pero Amalia no era partidaria de conceder reportajes; se sentía invadida en su silenciosa soledad.
Estaba entusiasmado con aquella oportunidad como periodista, y como admirador de aquel matrimonio de poetas: Álvaro Figueredo a quien sólo conocí entre las estrofas de su poesía, y Amalia Barla una anciana con la que conversaba de vez en cuando, cuyos versos me resultaban también atractivos.
Muchas veces me encontraba con aquella viejecita amable que caminaba encorvada con su bastón, por la calle Lavalleja, hacia su domicilio en la calle Francisco Bonilla. Se detenía, hablábamos de cosas del momento, y eventualmente de Álvaro.
Mientras Caminaba lento hacia la cita, recordé algunas charlas en las que Amalia quitó el polvo de viejos manuscritos del Poeta para leérmelos con nostalgia. Otras veces leyó y comentó mis escritos. Me vi también niño, en la Plaza del Pueblo recitando de memoria largas poesías de Álvaro, las que estudiaba con la ayuda de mi madre, quien me enseñaba declamación. Amalia en persona me entregó algunas veces los textos para que los interpretara en actos culturales…era un legado de mi madre, que los recibía también de la esposa de Álvaro, por encargo por encargo del Maestro y Profesor.
Por fin estaba allí, frente a la puerta. Llamé y luego de unos minutos, abrió para recibirme con un efusivo saludo.
La casa estaba por dentro oscura y callada. Creo que estuvo así desde aquel miércoles de enero. Pensé en “Te apagarás como las lámparas”, libro en el cual leí una poesía rebelde, llena de vida; las sombras evocaban otra época, la de los Tristes, versos de llanto por su hija Silvia, fallecida en un accidente y por su Álvaro.
Amalia me invitó a pasar, pero esta vez no al comedor en el que me recibió otras veces, sino a un antiguo escritorio, seguramente testigo de muchos desvelos.
Cuando me dio el consentimiento, puse a andar el grabador y pregunté por su presente. Pensé que era una buena forma de ir entrando en su vida.
“Encantada, joven Vaccaro de, tener tu presencia acá. Primero he de decirte soy una mujer muy tímida, y al ver el grabador salgo de mí.”
“Para responder a tu pregunta he estado atravesando serias crisis de orden físico primero, pero sobre todo las crisis de orden espiritual que son las más temibles. Esas son las más difíciles, por las cuales uno a veces anda en la tiniebla sin saber cómo va a salir. Sin embargo, en el momento actual me encuentro espiritualmente bastante bien.”
“A ti te interesa lo desconocido de mí: Soy hija de San Fernando de Maldonado, nos casamos con Álvaro el 18 de Julio del 35, y de ese matrimonio nacieron dos hijos… La desgracia me llevó a Álvaro y a Silvia Amalia. Gracias a Dios tengo a mi hijo Álvaro Tell, especialista en Oncología, radicado en la ciudad de Hamilton, estado de Ontario, Canadá.”
“Sobre la obra de Álvaro, luego de la publicación del libro “Desvíos de una estrella” en 1936, y “Mundo a la vez”, él dejó (la tengo yo, la leo, la releo, la estudio, la medito) una vasta área de sus escritos sin publicar…Más aún, ni siquiera se la conoce. Yo he seguido amorosamente el estudio de su obra, y se logró póstumamente. La publicación de dos obras: “Poesía”, una selección que yo preparé y que prologó Visca, donde además se incluyen datos biográficos, en 1974; la otra, en 1977, estando yo en Canadá, fue “ABC del Gallito Verde”, escrito en 1946 pero que Álvaro nunca logró editar.”
“Estas publicaciones póstumas en un pueblo de limitados medios como Pan de Azúcar, se las debo a la Comisión que se integró en 1984(año del Centenario de la Ciudad), con la Presidencia del Dr. Haroldo Pi, Alfredo Moyano en Secretaría, y el maestro Germán Baldo en la tesorería. Componían esa Comisión, además, escritores, amigos y admiradores. Conservo el más grato recuerdo de aquellas reuniones. “
Amalia seguía hablándome con su gran dulzura, entrelazada con tristeza en los recuerdos. Pero sabía yo que la mujer, la esposa había vivido a la sombra de aquel excelente poeta, privándose y privándonos de la otra Amalia: una poetisa de gran profundidad. No quería entrar yo en el análisis de cuánto influyó Álvaro en su espíritu, como esposo vivo y luego como esposo fallecido, ni en cuanto influyó la desaparición de Silvia Amalia. Quería simplemente traer a la entrevistada al Presente y a su propia obra. Entonces la interrumpí y le pregunté:
“Actualmente sigo trabajando con una frescura como si los años no hubieran pasado, yo escribí mis primeros poemas siendo estudiante liceal de tercer año. Después seguí escribiendo, y empezamos con Álvaro una correspondencia epistolar que duró muy poco. Por una de esas razones misteriosas él se fue enamorando de mí
y yo de él. Nos unió la poesía. Él vino a conocerme y nos ennoviamos. Mis primeros poemas publicados aparecieron en el año 28 en un periódico que dirigía Álvaro con su hermano. La primera nota sobre mi poesía la hizo, aunque tú no lo creas, Álvaro. Entonces eran los años divinos de la adolescencia. He pasado años y años escribiendo, buscándome, porque el poeta no se encuentra a sí mismo sino pensando en su oficio con algo de misterio, algo de magia, algo que no se sabe explicar.”
“Yo te puedo decir que, de mi poesía, de la que andan por ahí treinta o cuarenta cuadernos, y muchos poemas que quemé en un momento de angustia cuando vivía en Maldonado, ha quedado mucho.
“Mi poesía se divide en dos, tres, o cuatro vertientes. Una comenzó en el año 1957, cuando publiqué mi libro (Álvaro me hizo publicarlo).Era una poesía en la que intuía los discursos.
Eran cuatro discursos bajo el título: “Estas ráfagas”. Álvaro me dijo: ”Tu poesía está acá”…Él era un crítico muy severo, y se vio sorprendido por la fuerza de aquellos versos. Álvaro siguió escribiendo, y yo lo hacía en las madrugadas, la hora propicia para mí”
“De la vertiente de los tristes, yo te voy a leer uno, para que veas el aire con que los escribí. En esa vertiente he seguido.
Triste: Pobre y mi sombra
¡Oh doble modo de serme yo!
Fuego y temores
junto y estorbo
vamos los dos.
Engaño de oro
de toda hora
Cuál es mi torso?
Cuáles mis ojos?
Oh pobre sombra!
Pobre y tan pobre
vamos las dos.
El doble nombre
con que me nombras
engaño todo
engaño todo…
Sólo el contorno
Sólo el despojo
Sólo este Dónde?
Todo el Adiós.
“Este poema es de 1957. Humberto Benítez Casco, crítico que ha estudiado mucho mi poesía, cree que los discursos son posteriores, porque los encontraba superiores. Sin embargo, no, los tristes y los discursos son contemporáneos, aunque son muy distintos.
» Te voy a leer ahora y es la primera vez que sale de acá, un Triste que escribí en Punta Colorada en 1957, ES INÉDITO Y NO SE LO DOY A NADIE. Es para mí sagrado, y cuando se lo leí a Álvaro…aún me queda el beso que me dio. Se titula “Una lágrima para Álvaro”
Para qué nos dieron los ojos,
los engañosos…
Para qué, como flores de olores,
tan pasajeros…
Para qué tenerlos
Si ellos son como espejos,
los engañosos.
Ay los ojos,
los pasajeros,
cómo la flor?
Para qué nos dieron
para qué,
si a veces miran sin ver.
Para qué tenerlos
Ay! los ojos,
para qué,
si cuando ven,
si cuando ven,
Ay! Se mueren.
La charla fue larga para transcribirla toda, pero amena para mí, porque pude seguir escuchando de la propia voz de Amalia, sus más queridas poesías. Guardo esa grabación como un tesoro.
En otros pasajes del diálogo, la esposa de Álvaro me contó que guardaba la casa como al poeta le gustaba: sin mover absolutamente nada, que todo tuviese su lugar. En la biblioteca era muy prolijo, iba a buscar un libro e inmediatamente lo encontraba… (Yo por el contrario era la que desordenaba, sacaba un libro y lo dejaba por ahí…”) a pesar de sus hábitos de bohemio, cuando vivía en Montevideo”
“Cuando nos casamos no vivíamos en esta casa, sino en otra de esta misma calle, que lleva el nombre del abuelo de Álvaro, Francisco Bonilla. Allí nació nuestro primer hijo, y en el año 40 hizo construir esta modestísima casa…Aquí falta de todo, la sobriedad asusta, no hay cuadros (Exceptuando el de Álvaro) …”
“En mi niñez fui muy triste. Era la menor de siete hermanos, crecí entre mimos, pero siempre con una tristeza que me vino de una circunstancia muy especial: cuando estaba en la escuela, cursaba 3º año, se murió una compañera. Se acostumbraba a llevar flores, y fue la primera muerta que vi
Eso me produjo una conmoción tal que de por vida el problema de la muerte fue obsesivo para mí.”
No recuerdo muy bien cuánto tiempo charlamos. Un par de horas tal vez. Yo estaba feliz porque podría entregar a la audiencia de RBC la palabra inédita de Amalia, pero salía además enriquecido de compartir ese momento con una persona de tan profundísimas reflexiones.
Sin embargo, el reportaje no fue irradiado. Al otro día un amigo común me avisó que Amalia quería hablarme. “Perdóname”, me dijo…” No quiero que emitas el reportaje que me hiciste, porque yo nunca hice declaraciones públicas, y temo que después de éstas, mi soledad y mi silencio se vean invadidos por otros periodistas a los que no podré negar la oportunidad”
Entonces, guardé la cinta en un armario, y allí quedó, mucho, mucho tiempo.
Respeté la voluntad de la anciana durante su vida. Ahora el motivo carece de valor… y creo que los lectores gozarán como yo de aquellas palabras que Amalia me dijo el 12 de setiembre de 1984.
“Amalia murió ayer… Dejó este Mundo de los cuerpos, en el cual era sólo una anciana triste y solitaria.
Amalia es ahora aquella joven fernandina que deslumbró al poeta y está más allá de la vida y de la muerte.
Había en el cielo una estrella pálida y nostálgica desde aquel miércoles de enero, y desde un nuevo domingo de agosto titila con fuerza, agita su latido…se instaló a su lado su estrella compañera.
Amalia es otra vez de Álvaro y Álvaro de Amalia, para siempre jóvenes como en aquella época de maestros. Eternos como pareja de poesía, son nuestros.”
Estas palabras fueron pronunciadas en Pan de Azúcar en Sintonía, el día siguiente a la muerte de Amalia, el 9/8/92
Juventud Divino Tesoro
En junio de 1994 muchas personas, especialmente padres de adolescentes, se alarmaron cuando en el programa Pan de Azúcar en Sintonía (Emisora RBC) una serie de entrevistas conchitos, de ambos sexos, en las que hablaban entre otras cosas, de sus hábitos alcohólicos, y la proximidad de las drogas.
En aquellos diálogos muy espontáneos, procurábamos dar la voz de alerta de un problema cuyas características no conocemos exactamente, pero que sentimos muy cerca.
Tanto en nuestra labor docente como en el periodismo hemos tenido oportunidad de estar en contacto con los jóvenes, compartir alguna de sus actividades, motivarlos para otras, pero fundamentalmente, observarlos con mucha atención. Además, sabemos muy bien cuán maleables son y por lo tanto proclives a dejarse llevar por las buenas influencias… y también por las malas.
Si decimos que los “tiempos cambian” no estamos inventando nada, pero la realidad es esa y debemos asumirla. No podemos creer que las cosas no pasarán por el único argumento de que jamás antes ocurrieron. Debemos adaptarnos al presente y prepararnos para el futuro o seremos avasallados sin remedio por las nuevas épocas.
Es preciso aclarar que no se trata de creer que los jóvenes de hoy son distintos a los de ayer. Simplemente son como seríamos nosotros y las generaciones anteriores si hubiéramos nacido por estos años. Las diferencias no son genéticas, sino de entorno. El hombre y el medio interactúan y se condicionan mutuamente; la Humanidad va cambiando al Mundo y los jóvenes se forman en condiciones que no son las de antes.
Entre los factores de cambio, corresponde destacar a la televisión, que coparticipa de la educación de los niños. Este poderoso medio de comunicación hace aportes significativos a la cultura de las personas, pero también pone en vidriera tentaciones tempranas, algunas de ellas muy negativas. Mientras obligados por el ritmo que impone la vida actual, los padres dejan a sus hijos largas horas frente al televisor, las imágenes “venden” cigarrillos (droga altamente tóxica, a la que se accede muy fácil y cuya dependencia es difícil de abandonar) mediante jóvenes apuestos y saludables, a los que cualquier persona querría parecerse. Algunas “novelas” inducen a prácticas que divergen de los valores que tanto apreciamos. La TV modifica los gustos y las modas, impone marcas y tantas otras cosas. Son frecuentes las escenas violentas y eróticas. La televisión es a veces una muy buena compañía, pero en la mayoría de los casos un compendio de malos ejemplos.
Algunos ambientes son puerta para el vicio. Un claro ejemplo son las “maquinitas2donde muchos adolescentes se reúnen en sus ratos de ocio. El ocio en sí, es terreno fértil para malos hábitos. Pero estos locales de entretenimientos son perjudiciales. En este punto. Nos parece necesario aclarar que reconocemos en ellos a un negocio como cualquiera para sus dueños, legal, y en casi todos los casos, honrado. Incluso creemos que, practicados con mesura, los juegos electrónicos pueden colaborar a mejorar los reflejos al tiempo que ofrecen un agradable descanso. Pero la realidad es que la mayoría de los chicos termina apasionándose tanto del desafío cibernético, que comienza a desear estar libre para acudir a su encuentro. Muchos estudiantes agotan en “las maquinitas su tiempo de lectura o de tareas domiciliarias, y luego buscan la forma de faltar a clase (rabonas o ratas) para correr al encuentro de algo que se va transformando en necesidad. Se conocen casos en la zona y también en la ciudad, de chicos de ambos sexos que gastan sus ahorros o mensualidades en fichas; otros más graves ejemplos lo constituyen adolescentes que roban dinero a sus progenitores, y en casos extremos, se ha llegado a robar cualquier cosa de cualquier lugar para mantener el vicio.
Sólo en las líneas anteriores, encontramos argumentos más que válidos para recomendar a los padres estar atentos a las costumbres de sus hijos. Necesitamos jóvenes con hábitos de estudio y de trabajo y no autómatas que gasten su hermosa edad detrás de una pantalla con controles. Pero aún hay más. Cuando un hijo bien educado y sano mentalmente concurre a esos lugares suele estar en contacto con otros que desde hace años permanecen casi todo el tiempo en ese ambiente, alejados del Mundo tanto que ya no se recuerdan ni el bien ni el mal, y en busca de nuevos incentivos han recurrido al tabaco, al alcohol y a la droga. Hemos sabido de algunos que duermen en la plaza abrazados a una botella de vino barato, que han entrado más de una vez a la comisaría por robar o simplemente por destrozar autos, locales de estudio, o cualquier cosa; que a veces se inyectan vino para llegar más rápido al éxtasis; y también señoritas que terminan prostituyéndose para acceder a una dosis de estupefaciente.
No es nuestra intención apuntar que los juegos electrónicos son El problema. No todos quienes concurren son viciosos, y además existen otros malos ambientes. Puede ser un baile o simplemente un banco de la plaza. Lo realmente malo está en la falta de conocimiento de los mayores sobre la problemática juvenil. No hace muchos años existía un mayor control, y en muy pocos casos los hijos salían de la casa después de medianoche para regresar con el Sol alto, sin que los padres supieran exactamente donde estaban.
Sin el propósito de reprender a nadie, ni enseñara educar, nuestro propósito es alertar sobre el peligro que EXISTE, es real está entre nosotros. No debemos estar tranquilos pensando que a nuestros hijos no habrá de ocurrirles nada porque fueron bien educados e informados… El Mundo está lleno de tentaciones y malas influencias, y como decíamos al comienzo, los adolescentes son maleables y permeables.
Luchar contra los vicios es difícil, especialmente si hablamos de droga. Por más que debe ser labor prioritaria
de la policía la lucha contra los narcotraficantes, nosotros creemos que en lo que concierne a educadores, comunicadores y padres, la batalla debe librarse en el terreno de la información y la prevención. Más de por quien vende, debemos preocuparnos por quienes compran. Los magnates de la droga son casi inalcanzables, y suelen estar asociados con personas muy importantes. Si es apresado un vendedor, vendrá otro. Son nuestros jóvenes quienes deben estar a salvo tutelados por todos nosotros, correctamente vigilados y especialmente, concienciados de cuáles son los peligros.
Nuestro esfuerzo debe apuntar a fomentar hábitos de estudio y trabajo, a crear espacio para el diálogo con el propósito de escuchar. Es indispensable escuchar con atención a los adolescentes, para estar cerca de sus dudas y conflictos, y hacerles saber que pueden contar con nosotros.
Si aún queremos perfeccionar nuestra tarea, debemos inducirlos al deporte, a nuestro juicio, aspecto fundamental de la formación del ser humano.
El deporte es quizás la mejor manera de utilizar el tiempo libre, optimiza la condición física y mental, y practicado correctamente, el rendimiento en los estudios. Además, en el deporte se fomenta la amistad, el compañerismo, el trabajo en equipo, la solidaridad y otros valores igualmente loables. En este camino aparecen incentivos de vida que no dejan lugar ni al ocio ni al vicio.
Exhortamos a las personas adultas a integrar comisiones a través de las cuales se organicen campeonatos estudiantiles o juveniles de fútbol, basquetbol, atletismo y otras disciplinas.
No es verdad esa afirmación pesimista: “La juventud está perdida”. Nosotros somos quienes a veces permitimos que se pierda; pero existe en los jóvenes un gran potencial que solamente debemos encauzar, para que se transformen en hombres y mujeres capaces de llevar los controles del Mundo con ideas nuevas, hacia un futuro mejor.
El Liceo de Pan de Azúcar, cincuenta años después
Cuando caminamos hacia el vecino siglo XXI, la preparación de las personas aparece progresivamente como una cualidad imprescindible.
Hubo otra época en la que los autodidactas o personas sin estudios curriculares lograban progresar sin trabas, y llegaban a ocupar importantes cargos en la Administración Pública o en empresas privadas.
El gran incremento en la oferta de mano de obra y la no tan multiplicada demanda, hasta que accedan a los a los puestos de trabajo los más capacitados. Es común que para atender un mostrador se exija liceo completo… y aunque parezca exagerado es lógico, si el responsable del comercio puede optar, lo hará por aquel que desde el punto de vista de la preparación pueda ofrecerle el máximo resultado.
Cada vez más, las personas sin estudios por lo menos secundarios, quedan excluidas de la mayoría de las opciones. La educación juega un rol fundamental del que nos ocupamos en otro artículo.
Si bien el Liceo de Pan de Azúcar se oficializó por Ley del año 1947, fue dos años antes que el Centro Educativo comenzó
Su labor. Al cruzar la barrera de los primeros cincuenta años, nos parece oportuno nos parece oportuno ubicar nuestro liceo en el tiempo, y verlo proyectado en el próximo milenio. En aras de cumplir este propósito recurrimos a la profesora Cristina Mato de Bonilla.
Más allá de ocupar la dirección Álvaro Figueredo, su aporte es valioso por tratarse de una docente de muchos años de actividad, y además, identificada con nuestra Ciudad.
» El Liceo como institución formativa, tiene un papel de primer orden; se trata del único Centro de Enseñanza Secundaria en Pan de Azúcar, y por lo tanto, el lugar dentro de la Ciudad donde se imparte enseñanza de mayor nivel. Por lo tanto, el papel del liceo en la Comunidad es extremadamente importante. Si bien no se cuenta con todas las opciones de “preparatorios”, desde que existe el Segundo Ciclo en Pan de Azúcar muchos jóvenes pudieron continuar sus estudios sin necesidad de viajar.”
“Hay un papel formativo de primer orden que el Liceo trata de cumplir cada vez mejor, pero además hay otro papel muy importante que debe empezar a cumplir con mayor fuerza, que es el hecho de difundir la cultura de la ciudad.”
“Lamentablemente los padres de alumnos cada vez se acercan menos al Liceo. Lo hacen en general sólo cuando se les llama por un problema disciplinario, o de inasistencias, pero normalmente no concurren a enterarse cómo marchan los estudios de sus hijos, ni tampoco a colaborar con el Liceo. Se hace muy difícil cada año formar la comisión de APAL (Asociación de Padres de Alumnos del Liceo) porque de unos cuatrocientos ochenta alumnos, cuando se llama a los padres, asisten no más de quince, de los que luego quedan menos de diez. La colaboración de los padres sería importantísima en todo sentido, permitiría un mejor seguimiento de los estudios de sus propios hijos y la cooperación con información de problemas de los alumnos, que sería de gran utilidad para los docentes y como consecuencia, ayudaría a los muchachos a desarrollarse en plenitud. Uno trata de comprender,
Padres y madres trabajan, hay cada vez menos tiempo, pero yo pienso que para los hijos hay que hacerse tiempo”
El curso de la charla con Cristina Mato nos puso frente a los problemas de los alumnos. En otras páginas de esta entrega, nos ocupamos precisamente de los jóvenes y sus conflictos. Nos pareció importante conocer la opinión de nuestra entrevistada.
Lamentablemente todos sabemos que hay problemas nuevos, y decir que no, sería cerrar los ojos. En Pan de Azúcar estamos viviendo una situación en la que algunos jóvenes consumen drogas en círculos menores, pero con el riesgo de que eso pueda extenderse. También el consumo de alcohol, principalmente de vino que es la bebida más barata, la que está al alcance de los “chiquilines”, quienes no sólo lo beben, sino que además se lo inyectan. Es sin dudas una problemática nueva que preocupa a la mayoría de los padres, con mucha desinformación, además, acerca de lo que realmente está pasando. Es algo muy serio, y creo que sería bueno que todos los padres de jóvenes conversáramos para estudiar las formas de solucionarlo, para que no siga aumentando”
“Otra cosa es que han disminuido los hábitos de estudio, en lo que indudablemente inciden los cambios de nuestra sociedad y el surgimiento de atracciones que acaparan la atención de los muchachos: video-juegos, televisión, “maquinitas” … La lectura se ha dejado completamente de lado, y los libros no resultan para nada interesantes. Al perder el contacto con el libro, han perdido la práctica de la escritura, el afán de encontrar en los libros, cosas nuevas que les enriquece. Han perdido la capacidad para leer, para razonar con rapidez y para expresarse. Se expresan y escriben muy mal; leen deletreando aún en los niveles más altos, demoran mucho en comprender las lecturas. Todo esto ha influido negativamente sobre los chicos.
“Muy a pesar nuestro, las madres pasamos mucho tiempo fuera de la casa y no podemos hacer el “seguimiento”
de su actividad, están muchas horas solos, y si no hay quien les marque los tiempos para trabajar y hacer las cosas, no lo hacen. Hay excepciones, pero son raros los chiquilines que por sí solos tienen esa una responsabilidad y ese deseo de estudiar.”
“Estamos ante un mundo de cambios tan violentos, que a nosotros mismos nos faltan respuestas para las preguntas que ellos nos hacen: ¿Para qué voy a estudiar si después, quizás, no tendré dónde trabajar? Entonces uno se queda sin argumentos
Nos ponen como argumentos. Nos ponen como ejemplo a algunas personas que no estudiaron, pero que instalaron un comercio y están llenas de dinero. Es difícil tanto para los padres como para los docentes, hacerle ver que hay que estudiar, hacerles ver por qué debe estudiar, pero como adultos estamos en la obligación de por lo menos seguir los caminos. “
Indudablemente el tema de los jóvenes da para hablar mucho, pero preferimos retornar al asunto central de esta nota:
El Liceo Álvaro Figueredo después de cumplir sus cincuenta años. Nuestra generación concurrió al Centro Docente en su emplazamiento de la calle Ituzaingó, pero el primer local fue el de Rivera y Lavalleja, donde estuvo desde su fundación hasta 1954. En noviembre de 1982 fue inaugurado el actual edificio, construido específicamente para su función. Pese a que se trata de una de una construcción de pocos años, ya existen algunas fallas en su estructura.
“No está en buenas condiciones, primero por un problema serio que hace que el techo se llueva. Obreros de la Junta Local, trabajaron con esmero por una solución transitoria, pero volvió a lloverse y ya está definido como una empresa transitoria, pero volvió a lloverse y ya está definido, que una empresa constructora hará mediante licitación, la reparación definitiva. Entonces, el problema más grave que nos queda es el de la capacidad, ya que existen solamente seis aulas de clase para una población estudiantil en crecimiento. En las escuelas hay grupos muy numerosos que no tardarán en llegar al liceo, Un objetivo fundamental para los próximos años será la construcción de nuevas aulas, para no llegar a una situación que conocemos bien y que no queremos, que es la superpoblación. No está prevista en los planos una planta alta, por lo que tendremos que utilizar parte del extenso. Ya se cuenta con autorización para levantar un salón multiuso.”
“Un aspecto a destacar es que el liceo cuenta con una biblioteca que dentro del departamento de Maldonado, es de las que están mejor provistas; Se cuenta con muy buen material, excelentes volúmenes, y por el celo que ha tenido el personal que ha estado encargado, como por ejemplo, Doris, sin olvidar la honradez se los alumnos que salvo casos excepcionales, devuelven siempre los libros, La biblioteca se ha conservado bastante bien pese a que no existe un funcionario designado específicamente Para atenderla. Yo creo que es una riqueza enorme para el liceo, una riqueza que no podemos perder, por eso hemos tratado de enriquecerla con nuevos ejemplares, especialmente de Historia del Arte (que prácticamente no había). Este patrimonio debe aprovecharse, por lo que buscaremos todos los caminos para que una persona pueda dedicarse a atenderlo por lo menos, seis horas al día.”
“El Liceo de Pan de Azúcar es algo muy especial: está en un espléndido estado de conservación, cuando el material de laboratorio tiene treinta o cuarenta años, pese a lo cual se mantiene en perfectas condiciones…pero falta actualización. Lo mínimo está, habría que agregar cosas modernas, pero se puede trabajar, y eso gracias al esfuerzo de todos los funcionarios, al afecto que le tienen al Liceo. Secundaria no puede mandar mucho material, a veces faltan tizas, bancos, sillas, pero se hace todo lo que está al alcance de las posibilidades.
Es muy importante el apoyo de APAL, ya se cuenta con televisor y video, y ahora habrá que formar una videoteca, útil para las clases, pero también para horas libres cuando faltan profesores. “
“Algo que nos preocupa es que al no estar cercado el predio, en los recreos aparecen chicos que no son alumnos y traen cigarrillos y otras cosas, además alguien produce daños en el parque arbolado…habrá que encontrar una solución.”
El diálogo podría haberse extendido mucho más, pero no quisimos entrar en detalles, en cada asignatura, en cada grupo o nivel. Nos quedamos con la impresión de un Centro Docente consciente de sus problemas, defectos y virtudes, que trata de acomodarse ante la embestida de los nuevos tiempos, que acepta el desafío y se empeña en no ceder en su esfuerzo de mantener en el futuro, un rol importantísimo en la formación de los jóvenes. Nos queda claro también que todo rodaría mejor si se recibiera un aporte económico mayor de los organismos correspondientes, y si los padres de alumnos, concientes del papel del Liceo, se acercaran más a enterarse de la marcha de los estudios de sus hijos y a colaborar con el Centro Docente.
Escuela Técnica Agr. Julio Oscar Rubio
Inaugurada el 31 de agosto de 1953, la “Escuela Industrial”, “Centro Docente Urbano de UTU” o “Escuela Técnica de Pan de Azúcar”, ha cumplido un destacado papel en la formación de los jóvenes de la zona.
¿Cuántos carpinteros y mecánicos (por nombrar dos de los más tradicionales cursos) se prepararon en sus aulas para afrontar la vida?
Vivimos en una sociedad que pretende, en la mayoría de los casos, transformar a sus hijos en médicos, abogados o escribanos.
Todas las profesiones son necesarias y útiles, pero un país requiere además personas capacitadas en otras áreas.
Muchos jóvenes llegan al fin de sus estudios primarios y secundarios, sin decidirse aun claramente respecto a su propia vocación…, entonces, alentados por la presunta conveniencia económica, piensan en la Universidad de la República y descartan otras opciones menos rutilantes. Así nos encontramos con estudiantes frustrados que abandonan su carrera, y deben ingresar al mercado laboral sin los conocimientos adecuados. Con profesionales frustrados, que colgaron su título de una pared, y mientras aguardan una oportunidad y mientras aguardan una oportunidad deben emplearse ocasionalmente en tareas que no se corresponden con los estudios realizados.
O con aquellos que sí lograron desempeñar su profesión, pero viven infelices en una actividad que no sienten.
No se trata de negar a la Universidad, sino que consideramos que deben dirigirse a ella solamente aquellos que realmente tienen una firme vocación. Se trata de carreras largas y difíciles y generalmente sólo quienes están sólidamente definidos tiene fuerza para llegar a la meta y transformarse en buenos ingenieros, arquitectos o contadores.
Cada vez más se requiere obra de mano especializada, técnicos, que suelen encontrar una forma digna de sustento con una remuneración adecuada.
El rol de la Universidad del Trabajo del Uruguay es, por lo antedicho, de creciente importancia. Además, no solamente permite un rápido acceso al mercado laboral, sino que faculta, llegado el caso, para continuar los estudios y lograr títulos de más alto nivel hasta terminar por ejemplo en la Facultad de Ingeniería.
La Escuela técnica de Pan de Azúcar ha formado, seguramente, a muchos de los lectores. En la zona y fuera de ella, trabajan auxiliares contables, mecánicos torneros y automotrices, carpinteros, egresados de los cursos de Belleza, Costura, Corte, Cocina y tantos otros.
Es indudable que, como en otras ramas de la educación Pública, habrá que actualizar los cursos de acuerdo a las necesidades del mercado. La Escuela Técnica, tendrá que ser en el futuro, centro de estudios de computación, Turismo, Albañilería y otros.
En 1995, los cursos son:
-Ciclo básico (1er a 3er años) para egresados de primaria, equivalente al ciclo básico de Educación Secundaria.
-Formación Profesional primer nivel, para mayores de quince años egresados de Primaria: Carpintería, Mecánica Automotriz, Electricidad, Belleza, Cocina (todos estos 1er y 2º años) y 1er año de Panadería y Repostería.
-Formación Profesional de segundo nivel, con Ciclo Básico aprobado: Auxiliar Administrativo Contable (1er año) y Auxiliar Administrativo Contable Calificado (2º año)
Es necesario ordenar el tránsito
Más allá de un crecimiento real, Pan de Azúcar es una ciudad pequeña…demasiado pequeña como para soportar sus grandes problemas en el tránsito.
Es obvio que la cantidad de vehículos aumentó mucho más que la cantidad de habitantes, mientras que el trazado de las calles corresponde a una realidad del pasado.
En este trabajo nos proponemos dejar a consideración de los lectores, y en particular de las autoridades, una serie de ideas, novedosas o no, que entendemos podrían ayudar a encontrar una solución.
La terminal de ómnibus. Una característica muy propia de Pan de Azúcar, es que el centro es muy pequeño, solamente de dos calles a lo largo de tres cuadras. La mayoría de los comercios importantes está ubicada en la zona que va desde Rincón hasta Lavalleja, por Rivera y Félix de Lizarza.
En el entorno de esas tres manzanas, se encuentran supermercados, mueblerías, casa de electrodomésticos, bares, restaurantes, heladerías, panaderías, tiendas de ropa, papelerías, agencias de ómnibus y otros.
Tengamos en cuenta que por Rivera circulan los ómnibus locales y los que entran y salen desde y hacia Minas, Montevideo, Piriápolis y Maldonado-Punta del este. Además, es uno de los principales accesos a la ciudad, y tramo urbano de la Ruta 60. Por su parte, Félix de Lizarza cuenta con tres agencias importantes de ómnibus, frente a las cuales suelen estar estacionados por varios minutos, impresionantes vehículos. También la calle Ituzaingó cuenta con una agencia importante de transporte interdepartamental, donde frecuentemente estacionan enormes unidades.
Circular en automóvil por alguna de estas calles, es por momentos, imposible. Encontrar estacionamientos es una quimera.
Algunos comerciantes, los cuales nos merecen el mayor respeto, han entablado una apasionada oposición a todo proyecto de crear una Terminal de ómnibus. Sostienen que, si se deriva el movimiento de pasajeros hacia otra zona, sus empresas sucumbirán inevitablemente. Nos permitimos discrepar en base al siguiente razonamiento:
1) Actualmente muchos posibles clientes desisten de llegar a estos comercios, ante las dificultades para estacionar.
2) Si se concreta la instalación de una terminal, será oportuno construir en ella pequeños locales que se adjudicarán a los comercios que se sienten perjudicados,
Una consecuencia no menos importante, será el traslado de algunas de las paradas de taxímetros a la terminal, con la cual se verán beneficiados los propios taxi metristas al surgir un mercado nuevo; los usuarios al solucionar el traslado a y desde la terminal, y el tránsito, aliviado de tantas aceras inhabilitadas para estacionar.
Evidentemente habrá que elegir bien el lugar donde se instalará la terminal: de todos los mencionados, tal vez el mejor sea un terreno próximo a la salida por la ruta 60, ya que estaría cerca de grandes complejos de vivienda y centros educativos, y no ocasionaría demasiados trastornos.
Con este problema resuelto, libre la zona céntrica de vehículos de transporte colectivo de pasajeros, podrá encararse una reestructura vial. En este sentido, podría resultar acertado derivar el tránsito de ómnibus exclusivamente a las calles Rivera y Rincón, y a la avenida Batlle y Ordóñez. En las citadas, se instalarían semáforos como forma de ordenar la circulación en general, y reducir la velocidad con la que vehículos desde motos hasta camiones atraviesan la ciudad.
Los accesos. el mayor problema es de quienes ingresan a Pan de Azúcar por Ruta 9 desde el Sur. Una vez reconstruido el añoso puente, seguirá vigente la dificultad de quienes no conocen la zona. El trazado actual es un típico ejemplo de proyecto de escritorio, técnicamente impecable, pero totalmente inadecuado para las características del lugar. Lo ideal, muchas veces no es lo posible, pero la solución definitiva sería un cruce a dos niveles; quienes lleguen desde el Sur derivarían a la derecha, cruzarían el puente por debajo de la ruta, y llegarían sin problemas al centro de la Ciudad, quienes salgan, tomarían la ruta 9 con una pendiente y un ingreso gradual por la derecha. Seamos realistas, y consideremos que el proyecto sería de alto costo. Propongamos entonces a los ingenieros correspondientes, que planifiquen otro trazado que permita ingresar a Pan de Azúcar sin peligro de muerte, y que deje también acceder a la estación de servicio y a la gomería allí existentes, sin que eso sea una descabellada aventura.
En las actuales condiciones, se hace imperioso buscar la forma de reducir la velocidad en el tránsito por Ruta 9. Pese a que a ningún conductor le “cae” simpático y nos sentimos incluídos, la única alternativa efectiva parecería ser la instalación de despertadores y lomos de burro (moderados) con la correspondiente señalización. Velaremos así por quienes se dirigen al Estadio Municipal, al Parque Zorrilla y al gimnasio, y por quienes simplemente salen o entran a la ciudad en sus vehículos.
Los mismos elementos de reducción de velocidad, serán útiles para disminuir la peligrosidad de la salida de la Calle Rincón a la Ruta 9, rumbo a San Carlos.
El control del tránsito. Los Inspectores Municipales han cumplido una excelente labor vigilando con esmero la salida de las escuelas, y la afluencia de peatones y automóviles a la necrópolis cada 2 de noviembre. Para un orden necesario en el tránsito habrá que controlar con igual celo el cumplimiento de aquellas normas que defienden la seguridad de todos.
Nos referimos a los niños que aparecen de pronto en la calzada con sus bicicletas, a los jóvenes que toman el centro de la ciudad como pista de motociclismo, a los imprudentes que corren alocadamente en sus automóviles, a los peatones que no utilizan las veredas etc.
Las calles de Pan de Azúcar son suficientemente anchas, y todo otro problema se podrá solucionar llegado el caso, con más semáforos y cebras.
Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.
Educar para el tránsito
Siempre escuché que el tránsito uruguayo es muy desordenado. Haber visitado otros países me confirma que existen abultadas diferencias. Naciones como España e Italia, con una superpoblada circulación de automóviles, exhiben un necesario respeto a las reglas y señales de tránsito.
En Uruguay, pocos se detienen ante un cartel de “Pare” o una cebra, un alto porcentaje de accidentes en ruta ocurre por adelantar en repechos o curvas a la derecha, en las ciudades, por señales incorrectas de giro, exceso de velocidad y tantas otras causas que evidencian el desconocimiento de las reglas y de los peligros que significan las transgresiones.
Mientras en algunos países los exámenes para obtener licencia de conducir son tan exigentes que muchas personas jamás la obtienen, en el nuestro, conductores debidamente autorizados, evidencian no haber rendido nunca un examen.
Circular en el tránsito exige una responsabilidad acorde a los riesgos. Quien maneja no solamente expone su vehículo, sino su propia vida y la de otras personas.
Creo que esto es algo que tendrá que cambiar. La licencia de Conductor, debe entregarse solamente a personas aptas física, sicológica y técnicamente.
Las infracciones a las reglas de tránsito deben ser severas si afectan la seguridad pública. A veces se pone el acento en el lugar equivocado de la palabra: no es igual conducir a cien kilómetros por hora frente a una escuela, que estacionar dos minutos en doble fila. No es lo mismo olvidarse de algún documento en casa, que no respetar una cebra o un semáforo. Debe penarse con rigor a quienes cometen infracciones que ponen en peligro a otras personas. Las sanciones deberían ser una fuerte multa la primera vez, una multa mayor con suspensión de licencia de conductor la segunda, y llegar, si se justificase, al retiro definitivo del permiso para manejar.
Pero eso no es todo. El tránsito es muy complejo y no sólo los automovilistas forman parte de él. Por las calles y rutas circulan peatones, ciclistas. Carros a tracción a sangre, hombres a caballo…Las maniobras de éstos ponen también en peligro a los demás. No se necesita licencia para conducir bicicletas o caballos y mucho menos para caminar a pie. Sin embargo, opino que también en estos casos hace falta una adecuada educación sobre las reglas de tránsito.
Sería menester incluir entre las asignaturas de las escuelas de Primaria, una, que a temprana edad instruya sobre comportamiento en el tránsito. De este modo, los niños, que a diario nos asustan con sus maniobras en bicicleta, andarían con más cuidado. Los ciclistas en general sabrían que no deben salir sin luz trasera. Los peatones no intentarían cruzar la calle a mitad de cuadra, ni irían mansamente con sus bolsos de compras a un metro de la vereda. Indiferentes a los automóviles y hasta a las bocinas.
Podríamos pensar entonces en educar también a los Inspectores para una función mucho más eficaz, en la que tendrían que priorizar sus acciones apuntando a un tránsito mucho más seguro, en un justo equilibrio entre la prevención y la aplicación de sanciones.
Una biblioteca, un tesoro
Según datos en nuestro poder, ya antes del año 1900 existía una biblioteca en Pan de Azúcar. Varios esfuerzos se destacaron a través del tiempo, como la biblioteca del Club Centro Progreso, la de la Junta Administrativa de Pan de Azúcar y de la Junta Económico Municipal, o la de San Vicente de Paul, en la órbita de la Parroquia nuestra Señora de los Dolores. (Revista Letras Nº3), Pág. 69
Tal vez ningún intento tuvo el éxito y la continuidad de la actual Biblioteca Municipal, que funciona en la Casa de la Cultura, edificio contiguo a la Junta Local. La actual generación de estudiantes de pan de Azúcar tiene la suerte de contar con este servicio, que ofrece una gran variedad de textos y libros para lectura en general.
Un buen equipo de funcionarios, liderados por la Sra. Brenda Bon de Serrón, ha transformado la Biblioteca en algo mucho más importante que un local donde se prestan libros: En las amplias mesas los jóvenes estudian y extraen apuntes en un ambiente silencioso y agradable, donde no falta el asesoramiento adecuado.
En nuestro concepto, la Biblioteca Pública juega un rol vital en una sociedad con creciente población, en la cual los alumnos de diferentes centros educativos no siempre disponen de dinero para adquirir los textos necesarios.
Acudimos a la persona responsable de la Biblioteca, Brenda Bon de Serrón quien nos dijo:
“La Biblioteca fue fundada el 4 de noviembre de 1982. Recuperamos un caudal de unos ciento veinte libros que pertenecían a la “Junta Administrativa”, casi todos “Clásicos Uruguayos”, a los que se sumó una compra de la intendencia y diversas donaciones de la población. Actualmente el ochenta por ciento está formado por material didáctico para estudiantes escolares y de educación media, pero también se contemplan otros intereses de los lectores. “
“La Biblioteca está integrada por diferentes sectores; dentro de la “Sala General” está lo que corresponde al área de textos, después está el sector de autores regionales, creado a instancias de la Comisión de Cultura de Pan de Azúcar, sobre una propuesta del fallecido Domingo Piegas Oliú. También tenemos un Rincón Infantil, con material didáctico y recreativo para niños”
En los primeros trece años de actividad hemos registrado más de tres mil doscientos usuarios, un número muy significativo en una población que no supera los diez mil habitantes. Los libros pueden consultarse en la sala de lecturas o ser llevados mediante un servicio de préstamos gratuitos, así como fotocopias que se hacen en la misma biblioteca.”
“El espacio físico también es importante, porque el ambiente es adecuado para estudiar o simplemente leer. Además, nos mantenemos actualizados, vamos a los Centros Docentes y solicitamos información sobre nuevos autores; tratamos de contemplar las necesidades de la Comunidad… incluso tomamos nota de los pedidos que nos hacen, para tenerlo en cuenta en el momento de hacer compras.”
“Para poder mantener la Biblioteca, hay que hacer permanentemente un trabajo de restauración. El libro es como un enfermo y llega el momento en que tiene que someterse a una terapia, fíjate que está todo el año en poder de los chicos y se deteriora, se ensucia, se le salen las hojas. En los cursos de “Auxiliar de Bibliotecología”, que tuvimos la oportunidad de hacer gracias al Ministerio de Educación y Cultura, se nos enseñó “Restauración” y “Encuadernación.” Algunos ejemplares deben ser desarmados completamente y reparados, a veces con tapas nuevas e hijas repuestas”
“Todas las donaciones que recibimos son importantes, aun las que parezcan más modestas. Tenemos una colección de publicaciones periódicas muy valiosa, archivos bibliográficos actualizados de Literatura, Medicina, Ecología, etc. extractado de revistas y diarios. Es un material muy rico y útil.”
“Si bien recibimos apoyo, creemos que no es suficiente para afrontar el destacado papel que cumple la Biblioteca Pública en una ciudad en crecimiento. Haría falta un rubro permanente para adquirir libros rápidamente, sin lentos trámites burocráticos, Otra cosa que tiene que llegar a la brevedad es la informática, los procedimientos que empleamos son obsoletos; con la incorporación de una computadora, ganaríamos mucho.”
Otra cosa en la que debe ponerse cuidado en el futuro es en la elección del personal, a veces las autoridades no entienden que para la función que se cumple, se necesita gente con buen trato, con cierto nivel cultural. Quienes trabajamos en una biblioteca tenemos que aprovechar el tiempo para leer, saber lo que tenemos para ofrecer o recomendar.”
En la amable charla, dialogamos con Brenda Bon de otras cosas: de su especialización en Literatura infantil y juvenil, título que logró a través de la Cátedra Juana de Ibarbourou, un curso que organizó la Biblioteca Nacional y que estuvo a cargo de la Dra. Silvia Puentes de Oyenard. Recordamos que sobre este tema presenciamos alguna charla de nuestra entrevistada, y leímos un trabajo sobre el Mundo de la Literatura Infantil de Mary Lagresa Bertrand.
Nos pareció muy importante un trabajo de Brenda Bon y Roberto Villalba, “Visión de la Poesía de Pan de Azúcar, libro en el cual se recopilan poesías de cuarenta escritores de la zona, de diferentes épocas. Pero creemos que la obra más importante, ha sido encabezar desde sus comienzos, un esfuerzo de muchas personas para que Pan de Azúcar cuente con esta Biblioteca, orgullo de la ciudad, pero fundamentalmente patrimonio de sus habitantes.
Patrimonio que tendremos que preservar. No sería la primera vez que logros como éste se han perdido en las tinieblas del descuido y del desinterés. A través de estas páginas invitamos a toda la población de la zona a colaborar con la Biblioteca, quizás donando aquellos textos que ya no se necesiten, libros, revistas, en fin, todo lo que pueda ser aprovechado por otras personas.
Diez años de la Comisión de Cultura de Pan de Azúcar
Acta fundacional
“En la Ciudad de Pan de Azúcar, en el día de la fecha, estando presente la Señora Amalia Barla de Figueredo, el Dr. Haroldo Pí, el Sr. Alfredo Moyano, El Esc. Julio Báez Umpiérrez, el Sr. Domingo Piegas Oliú, El Sr. Roberto Villalba, la maestra María Larrosa de Méndez, el Señor Juan Barbachán, El Sr. Miguel Ángel Bonilla, el Prof. Ricardo Leonel Figueredo y el Prof. Raúl Barbarita, se constituye la Comisión Provisoria de Cultura de Pan de Azúcar. Sin estar presentes, adhieren a la misma, el Dr. Jorge Rodríguez, la maestra Rosa Tuvi de González, la Sra. Loreley Lazo, el maestro Germán Baldo, el Sr. Eduardo Martínez Rovira y el Sr. Luis Mediante.
Dicha comisión queda constituida de la siguiente manera:
Presidente de Honor, Amalia Barla de Figueredo; Presidente, Dr. Haroldo Pí, Secretario, Alfredo Moyano; Pro-Srio. Escribano Julio Báez Umpiérrez; Tesorero, Domingo Piegas Oliú Vocales: Roberto Villalba, María Larrosa de Méndez, Miguel Ángel Bonilla, Dr. Luis Meliante, Prof. Ricardo Leonel Figueredo, Loreley Lazo, Germán Baldo, Eduardo Martínez Rovira, Dr. Jorge Rodríguez, Prof. Raúl Barbarita, Rosa Tuvi de González.
Esta Comisión nace y es la confluencia de tres vertientes culturales de Pan de Azúcar, las que conservan su identidad e independencia. Ellas son: La Comisión pro Edición de obras de Álvaro Figueredo, El taller de artes plásticas La vieja Bodega, y la Comisión de la Casa de la Cultura Álvaro Figueredo.
En los últimos tiempos, estas comisiones se hallaban paralizadas o divorciadas de la cultura impuesta autoritariamente por la Dictadura. Ésta fue ante todo una actitud ética, porque, como dijo Goethe, citado por Rodó en el Ariel, “Sólo es digno de la Libertad y la Vida, quien es capaz de conquistarlas día a día para sí”, en cambio, ahora que en nuestro país renace la Democracia, los grupos culturales de Pan de Azúcar se vigorizan, y están dispuestos a cumplir una importante tarea. Aspiramos a llevar la Cultura al Pueblo, y que la misma nazca del Pueblo. No tenemos vanidades intelectuales, por el contrario, queremos, como dijo Neruda,”elevarnos a la altura generosa de los hombres humildes”
Contamos para nuestra tarea, con el apoyo expreso del Intendente Municipal de Maldonado, electo democráticamente por el pueblo, Sr. Benito Stern.
Es nuestra aspiración ser una comisión delegada para Pan de Azúcar, de la Intendencia Municipal de Maldonado, absolutamente honoraria, de manera de poder entendernos directamente con el Intendente y tener así un amplio margen de autonomía en nuestro funcionamiento.
En el día de hoy se designaron también los encargados de los distintos grupos culturales. Será encargado de la División Publicaciones y Ediciones el Dr. Haroldo Pí, esta División aspira a editar una Revista mensual o trimestral, que refleje el amplio espectro del quehacer cultural de la Comisión, y editar también obras de autores departamentales y nacionales.
Encargados de Museo y Biblioteca: Sra. María Larrosa de Méndez, Sr. Domingo Piegas Oliú y el Prof. Raúl Barbarita. Este grupo tendrá por finalidad coordinar esfuerzos con la Comisión de la Casa de la Cultura Álvaro Figueredo a los efectos de recuperar el primitivo edificio de la Casa de la Cultura, casa del poeta Álvaro Figueredo, para crear allí un museo y una biblioteca.
Encargado del grupo de Cine-Arte, fue designado el Esc. Julio Báez Umpiérrez. Este grupo deberá fomentar la cultura cinematográfica en Pan de Azúcar, proyectando las obras maestras del “Séptimo Arte”
Encargado del grupo de Teatro, Prof. Ricardo Leonel Figueredo. Este grupo deberá crear un grupo de Teatro en Pan de Azúcar.
Encargado del Taller Literario: Roberto Villalba. En dicho taller se realizarán reuniones de narradores, poetas, investigadores y literatos, para discutir y analizar obras literarias y creaciones personales; organizar conferencias, etc. En suma, una torre de los panoramas pandeazuquenses.
Encargados del Grupo de Artes Plásticas fueron designados Miguel Ángel Bonilla y el maestro Ricardo Leonel Figueredo. Este grupo se encargará de coordinar la actividad de la Comisión con La Vieja Bodega.
Encargada del Grupo de Música, fue designada la maestra Rosa Tuvi de González. Este grupo se encargará de crear un movimiento musical, estimulando inquietudes musicales y organizando conciertos.
Encargado del Grupo de Ajedrez, fue designado el Dr. Jorge Rodríguez. Este grupo deberá promover el conocimiento de este juego milenario, enseñando los fundamentos del mismo, divulgando partidas de los Grandes maestros y organizando torneos.
Estas son nuestras aspiraciones y nuestros deseos. El tiempo dirá si podremos lograrlos. Entre tanto, Machadianamente,” haremos camino al andar”
Pan de Azúcar, 9 de febrero de 1985”
Así quedó constituida la Comisión de Cultura de Pan de Azúcar, uno de los orgullos de nuestra ciudad.
El 9 de febrero de 1995, diez años después, en Sesión Solemne celebrada en la Casa de la Cultura, quien en ese momento se desempeñaba como Presidente, el Esc. Julio Báez Umpiérrez, tras leer el acta fundacional, opinó: “Creo que el balance es ampliamente positivo. Se editaron cuatro números de la Revista Letras y estamos trabajando en el quinto; refaccionamos el inmueble donde funciona el Museo Regional, organizamos el Congreso Nacional de Escritores en 1988… Sólo esas tres cosas muestran importantes logros. Poco tiempo después de quedar constituida la Comisión se incorporaron los artesanos, que han tenido una gran labor, incluida la exposición que se realiza todos los años en la Plaza.”
“En cuanto a las perspectivas de futuro creo que son buenas, porqué tenemos una cosa importante en toda comisión, y es la presencia de gente joven.”
La Sesión Solemne tuvo también un momento de para el recuerdo de aquellos integrantes de la Comisión que desaparecieron físicamente: Amalia Barla de Figueredo, Miguel Ángel (Pirineo) Bonilla. Domingo Piegas Oliú, Oroniel Núñez, Dr. Antonio Fianza y Antonio Martínez.
El deporte como actividad social
No puedo ocultar mi gran afición por el deporte, especialmente el fútbol. Pero los lectores coincidirán conmigo en que tal condición no me hace distinto de la gran mayoría de los uruguayos.
Aunque no me distingo en ninguna de sus disciplinas, me siento un deportista apasionado. Esto tampoco me da originalidad, porque en este país casi todos lo somos. Deportista como quien practica una actividad física por pasatiempo o ejercicio. Aficionado como entusiasta espectador de cuanta confrontación importante se realice, ya sea de fútbol, básquetbol, tenis, ciclismo…
Más allá de esas consideraciones casi personales, entiendo que el deporte es una auténtica manifestación social que tiene en las personas individualmente y en la comunidad una significación superlativa.
La gente habla de política…o de fútbol. Se separa en épocas de Elecciones casi al punto de la enemistad, y se reúne poco después para festejar en caravana un festejo deportivo. Cuando juega la Selección Nacional o su equipo preferido, el uruguayo (como habitante del Uruguay, más allá de su lugar de nacimiento) olvida sus problemas económicos o de cualquier índole, goza o sufre, pero vive intensamente en este mundo paralelo del deporte.
No vamos a abundar en los beneficios que el ejercicio físico trae a nuestros cuerpos, creo que eso nadie lo discute. Tampoco puede ignorarse el rol formativo que la sana competencia tiene en los jóvenes, especialmente si hablamos una forma saludable de ocupar el tiempo libre, lejos de vicios como drogas, juegos electrónicos y algunos programas de televisión.
Pero el deporte es mucho más. Llena en las personas, vacíos importantes. Es en algunos casos, motivo de vida, sostén firme que resta trascendencia a los conflictos y fracasos cotidianos.
Tal vez algunas personas, (pocas, claro) opinarán que estamos exagerando; que existen cosas mucho más necesarias y trascendentes. Esa es una verdad a medias. Todos sabemos que el deporte es sólo eso: deporte, mientras corre entre los habitantes de este planeta el monstruo de la guerra, el virus de la violencia delictiva, la traicionera serpiente del narcotráfico, la mezquindad del hambre, el demonio de la injusticia, la peste de la ambición…y tantos otros males que deben preocuparnos.
Es verdad la enfermedad del Mundo, pero ésta no resta importancia sino que hace crecer el rol de una actividad capaz de atenuar su efecto en nosotros.
Los griegos interrumpían las guerras cuando las Olimpíadas.
¿Qué si no el fútbol, detiene por completo a las ciudades? ¿O jamás ha notado la tranquilidad de una tarde mientras se disputan partidos por un campeonato del Mundo, acentuada si juega Uruguay?
Las más importantes trasmisiones vía satélite de TV obedecen a partidos de fútbol, de tenis o automovilismo, y las vemos aun restando horas de sueño.
Pero si hacen falta argumentos anote: No es fácil reunir doscientas personas para una función de teatro, mientras en la crisis del fútbol uruguayo, veinte o treinta mil personas concurren a un modesto partido. Pocas personas leen libros de poesía o novelas, mientras miles comienzan la lectura de los diarios por la última página.
Ni la música, ni la moda, ni la más elevada manifestación artística o cultural…el deporte siempre convoca más personas.
Entonces, nada es más real que la realidad. Opine Ud. Lo que quiera, con lógica o sin ella, nuestra sociedad se encuentra bajo la gran influencia de la afición al deporte.
Pan de Azúcar no es la excepción. El más conceptuado acto en La casa de la Cultura lleva doscientas personas y cuando juega Albion acuden mil. Si el equipo de la ciudad juega en el Estadio Municipal, suelen reunirse dos o tres mil personas. Cuando en octubre se realizan las Albionadas, noche a noche el Gimnasio recibe un millar de espectadores.
Esta manifestación social es parte importante en la vida de la gente; tema de diálogo, motivo de pequeñas discrepancias del momento; factor de unión a la hora de festejar con indisimulada alegría y ocasionalmente alguna pena fugaz, porque cuando nuestro equipo pierde, aceptamos que, en definitiva, el deporte es sólo deporte.
“El arte no paga”
Por lo menos paga poco. La afirmación la dirigimos específicamente a nuestro país, y dentro de nuestro país a nuestra zona. El “axioma” merece una profunda reflexión filosófica y sociológica de la sociedad.
Antes que nada y en lo que a reflexiones se refiere, queremos hacer una precisión semántica: hablamos de Arte y no de Cultura. La Cultura es mucho más amplia, y nos parece que, de acuerdo a sus cometidos, las Comisiones de Cultura merecerían llamarse Comisiones de Arte. En general la “Cultura, como “Instrucción, conjunto de los conocimientos adquiridos” (Sopena) es parte fundamental para el sustento económico del ser humano.
Cuando decimos que Pan de Azúcar es una ciudad muy culta, en realidad queremos decir que afloran entre sus habitantes, excelentes manifestaciones artísticas y artesanales, es decir, de “Artes Bellas” y “Artes mecánicas”. Por una rara coincidencia, la Ciudad tiene una larga tradición de grandes escritores y notoria efervescencia de artistas plásticos y artesanos. A la nómina debemos agregar músicos y cantantes. Muy pocos de todos los citados, logran hacer de su arte un medio de vida, y deben limitarse a practicarlo como una ocupación eventual o complementaria.
Decíamos en líneas anteriores, que el hecho merece un estudio sociológico. Tal vez por la influencia de los medios de difusión, nuestros gustos musicales se apoyan en estilos y géneros que se cultivan en otros países, hasta en otros idiomas que ni siquiera comprendemos. O quizás la causa principal sea eso muy nuestro de creer que las personas que conocemos tanto, que nos son tan familiares, no son capaces de trascender como aquellos que surgen más allá de nuestros menguados horizontes. Por supuesto que olvidamos que Rubén Darío, Neruda, Picasso, Mozart, Verdi, o Leonardo Da Vinci, nacieron y se criaron en algún barrio como cualquier humano. El éxito debe llegar por méritos propios y a su tiempo, pero sin tener que luchar contra el “Extranjerismo”
No proponemos cerrar los ojos al Arte Universal, negar a John Lennon y pasar al extremo de que sólo “lo nuestro” tiene valor. Simplemente deseamos despojarnos de prejuicios y valorar al artista en su justa dimensión.
Es muy difícil que un exponente local logre trascender. Pocos de nosotros pagamos una entrada para escuchar cantar a gente que vemos diariamente en la Ciudad. Pocos de nosotros pagamos por un cuadro pintado por un vecino, o por un libro escrito por el señor de la otra cuadra, o una artesanía del hijo de fulano. Generalmente, para hacerse conocer, un artista debe mostrarse en lugares donde no le conocen, y si es aceptado, si triunfa, tal vez se le valore en su pueblo.
De lo antedicho, reforzamos el axioma: “El arte no paga” o paga muy poco. Pero pese a ello, Pan de Azúcar puede mostrar orgullosa a sus propios artistas. Algunos han comenzado a ser reconocidos a nivel nacional, como Álvaro Figueredo o Blanca Luz Brum, otros lo serán, como Ricardo L. Figueredo (Artista polifacético), Ricardo Torres y otros excelentes plásticos. Abayubá Caraballo ha cantado poemas de autores locales en escenarios de todo el país y también del exterior. Laura Perlas ha cantado en Estados Unidos.
Y confirmando que se valora más a los artistas fuera de fronteras, podemos nombrar a Álvaro Pierre, concertista de guitarra internacional, a las sopranos Virginia Castro y Julia Albónico; Mario Terra, músico radicado en Japón, Eduardo Marcos, pintor que ha expuesto en Holanda, Inglaterra y Estados Unidos, y otros que han dejado muy bien parada a Pan de Azúcar y al Uruguay.
Reportaje a Roberto Villalba
Más de una vez hemos dicho que Pan de Azúcar goza de una renovada efervescencia cultural. Quizás muy pocas ciudades tan pequeñas tengan tanta cantidad de escritores.
No soy quién para evaluar cuáles son los buenos y cuales los malos. Me parece que el acto de escribir es de por sí positivo. Escribir es confiar en el papel aquellas cosas que se llevan en el interior, es un acto de generosidad el compartirlo con los lectores, y es también una forma de llegar con un mensaje, más allá de las barreras del tiempo.
En Pan de Azúcar podríamos elegir a cientos de escritores, pero elegimos a uno que, por su autenticidad los representa a todos. La poesía de Roberto Villalba puede gustar o no, pero es original, tiene la fuerza de una rebeldía contra injusticias de la vida, y por su profundidad merece ser leída más de una vez.
La poesía ya ha sido publicada en parte, y varios poemarios esperan oportunidad para pasar por la imprenta. En este artículo quiero llegar a la persona, a un hombre joven introvertido, que, aunque no pase comentándolo en cada esquina, tiene su visión del Mundo y de las cosas.
“Yo nací en Pan de Azúcar en el año 1955, y he estado permanentemente en la Ciudad. Creo que pan de Azúcar ha evolucionado, no todo lo que se espera en la parte económica, por falta de inversores que generen fuentes de trabajo. Eso hace que muchos pandeazuquenses deban trasladarse a otros lugares a buscar su medio de vida”
La poesía de Roberto hace referencias principalmente a otros valores de la sociedad. Quisimos saber cómo ve una persona de tanta sensibilidad las costumbres de nuestra comunidad.
“Yo creo que los valores se mantienen, pero la sociedad sufre una gran influencia de lo extranjero. Se han dado casos de alcoholismo entre adolescentes, que creo es un reflejo generacional. Los jóvenes tienen grandes condiciones que hay que saber encauzar con un correcto apoyo. Me doy cuenta en todas las actividades que hay en el pueblo, que cuando hay líderes bien intencionados, los jóvenes se prestan a causas sanas y nobles.”
Aun enamorado de mi pueblo, veo en él cosas que debieran cambiarse. Le preguntamos a Roberto que cosas cambiaría en Pan de Azúcar.
“No le cambiaría nada…Pan de Azúcar es Pan de Azúcar. Mantiene su imagen de pueblo, sus silencios, sus soledades. Mantiene vivos a personajes que son punto de referencia. Algunas ciudades como los balnearios, ti4nden a perder su identidad por la presencia de turistas, eso todavía no nos ha pasado”
“Pan de Azúcar tiene un gran impulso literario que viene desde la época de Álvaro Figueredo, de todos los Figueredo. Los grupos culturales arrancan desde principios de siglo, con publicaciones, revistas literarias, visitas de escritores famosos. Álvaro, Blanca Luz Brum y otros, han sido y son los grandes maestros”
-La obra de Roberto Villalba tiene cierta afinidad con la de Amalia de Figueredo, incluso sabemos del alto concepto que nuestro entrevistado tiene de la poetisa…
“Debe ser porque como en el caso tuyo que conociste a Amalia… Yo no conocía Álvaro; jamás tuve un contacto con él. Lo que sé del poeta es por referencias de otra gente, mientras que igual que tú, tuve la experiencia de entablar una amistad con Amalia de Figueredo. Esa amistad se inició entre los años setenta y dos y setenta y tres, cuando comencé a escribir. Mis primeros poemas fueron publicados en el semanario La Democracia de San Carlos, y quien me ayudó fue el periodista Alfredo Moyano, y también José Palacios. Con Amalia hablábamos de mis versos. Otra persona que conocí en Piriápolis y me ayudó mucho fue la poetisa Mary Lagresa, con quien mantuve una relación epistolar, una gran amiga a quien admiro muchísimo. EL “Chino Figueredo” es el gran maestro. Fue el primero a quien llevé un poema y me decía: “esto sí, esto puede ir, esto no, esto no va.” Aún hoy es el punto de referencia, aunque adquirí con los años cierta independencia.”
Roberto, como nosotros, conoció a un poeta que permaneció muchos años en el anonimato: el Padre Isabelino Pérez, Párroco de la ciudad.
“Sí, el Padre Isabelino Pérez fue otra figura destacada. Era muy reservado, mantenía sus cosas guardadas con un gran pudor. Recuerdo un Te Deum en el centenario de Pan de Azúcar, ahí lo descubrí. Eran dos sonetos al Centenario.”
En la Casa de la Cultura funciona un taller literario. Sabemos que Roberto Villalba concurre:
“Sí, voy al taller literario. Sirve para proseguir la tarea de escritor, integrado a otra gente, motivado por trabajos que presenta el orientador. El taller literario que hace cinco años que está en marcha, personalmente me ha servido mucho.”
Preguntamos también por los gustos literarios. Qué escritor de la literatura universal impresionó más a nuestro entrevistado.
“Dante. Dante ha clasificado los distintos aspectos de la vida de un hombre, los sentimientos…
¿Te gustaría ayudar desde tus escritos, a cambiar el Mundo?
“En muchos textos he tratado, pero no quiero convertirme en un escriba panfletario. Yo admiro a Pablo Neruda, pero hay parte de su poesía con la que no coincido. Coincido con la poesía amorosa de Neruda, donde describe a Chile, describe a América. No quiero caer en lo panfletario. A veces los sentimientos afloran y uno escribe con rebeldía por situaciones de la vida”
-Roberto, te pido un mensaje para nuestros lectores:
“¡Qué difícil es eso! Desde mi punto de vista puedo decir lo que yo creo. Creo que el hombre se dignifica, se va haciendo mejor, cultivando la amistad. No preparándose para la lucha diaria negativamente sino para la lucha sana. No quisiera dar consejos. Pienso que todo lo cultural, lo artístico, dignifica; leer un libro, pintar, escribir… Quién dé la mano a quién lo necesita mejorará como persona. El tiempo va pasando y lo principal es haber sembrado para que los demás nos señalen luego como antorchas. Los que escribimos tenemos una gran responsabilidad moral y estética. Cómo escribimos, cómo decimos las cosas, cómo llegamos a los demás…”
Finalizamos la charla alentando a Roberto, y en nombre de Roberto a todos los escritores, a no ceder en el esfuerzo de publicar. Es difícil, pero no imposible.
A veces Cristo sale a las calles
Salta del sagrario
A desparramar amor
Y pedacitos de pan
Por las plazas y los barrios
Donde no llegan nunca
las damas de fama social
a veces Cristo sale a las calles
y entra en los amarillos hospitales
y despide viejitas que quieren
morirse
para no sufrir más
a veces Cristo sale a las calles
y se entrevera a jugar a la pelota
con los canillitas
de la estación central
y a cambiar figuritas del
álbum escolar.
A veces Cristo sale a las calles
Y palpita con el primer amor
Y sueña con el pan para todos
Y le propone al Mundo nuevamente
La gran eucaristía de besos
Y panes
Pero al Señor de la Tierra
El hombre
No le interesa nada
Y sigue repletando los jardines
De armas nucleares
Roberto Villalba
Desiderio
Entre los géneros del Arte, el humor es uno de los más complejos. Un músico puede limitarse a la perfección, un plástico a la belleza, un escritor a su mensaje y armonías de las palabras. Pero un humorista necesita provocar en el público un efecto inmediato, una reacción ajena a otros valores que el de una comunicación espontánea.
A decir verdad, en la Ciudad conozco sólo uno. “Sus versos” (por llamarlos de alguna manera) tienen esa rara virtud. Él mismo, entabla con los espectadores una relación que termina en risa. Pero, además, se trata de un artístico muy auténtico, original, en nada parecido a otros humoristas. Desiderio Denis es un hijo de Pan de Azúcar, que ya en sus años de Liceo reunía a sus compañeros para decirles alguna décima, en las que habitualmente rodaba el nombre de uno o más profesores.
Recuerdo que, en los festivales de Fin de Cursos, cuando me tocaba hacer de Maestro de Ceremonias, rogaba a Desiderio que no se “zafara” demasiado. Una noche, en la Casa de la Cultura, festejábamos un aniversario de “Pan de Azúcar en sintonía” con la actuación de una larga lista de buenos cantantes de la zona. Entre ellos figuraba Desiderio, a quien había invitado con la misma condición de siempre: no salirse de la línea. La presentación fue un éxito. Al encarar este, nos propusimos incluir unos pocos reportajes, con personas que pudieran aportar algo interesante a nuestros objetivos. Así fue que invitamos a Desiderio Denis:
“Lo que yo hago es humor, antes que nada, el humor sobre todas las cosas. Después está el verso. Soy escritor de versos y a la vez “decidor” de los versos que escribo, por eso soy humorista a través del verso o de la “copla payadoril”. La principal misión de lo que hago es hacer reír, y uso esta forma porque entiendo que la “dialéctica”
Es una de las condiciones que tengo… no tanto en la forma escrita como en la oral, hablar, conversar. El trato con el público es agradable pero también difícil, nos sentimos realizados cuando provocamos sonrisas, si hay aplausos y sonrisas entendemos que el llamado de la vocación tiene éxito. Cuando nos bajamos del escenario la gente se acerca, nos pide un tema equis, y eso trae satisfacción”
Por su apariencia en actuaciones, Desiderio es un gaucho dicharachero. Pero sabemos que es una persona preparada por sus estudios como para opinar de otras cosas, por ejemplo, de la música. ¿Es mejor lo extranjero?
“Esa es una de las discusiones que yo tengo con quienes defienden lo nuestro y niegan lo extranjero. Yo hago lo mío, pero no niego lo demás, y si es que somos buenos debemos competir con los extranjeros también. Es un poco la ley de la oferta y la demanda, nosotros elegimos un camino y lo transitamos con gusto, pero no negamos a nadie. Eso sí, está la labor de los medios de comunicación, aquí sí un pequeño tirón de orejas, hay mucha gente que quiere hacerse conocer y tiene condiciones, pero no lo logra, porque hay un mercado dentro del cual figuran los de afuera, y también algunos intérpretes nacionales, pero no dejan entrar a nuevos creadores”
Al momento de este reportaje Desiderio es una persona joven, pero va creciendo la distancia con nuevas generaciones de adolescentes que por lo general englobamos, cuando preguntamos por la “juventud”
“Yo veo que hay un estilo diferente de vida, una especie de aislamiento entre ellos mismos. Yo no reniego tampoco de la juventud, de pronto son etapas distintas bajo la influencia de los medios de comunicación, que acercan costumbres de otras latitudes. Se habla mucho de la drogadicción, del alcoholismo. Yo creo que son etapas de la vida, que la juventud asume de repente, una forma de diversión diferente a la que nosotros realizábamos antes, pero no creo que sea algo que se vaya a proyectar sobre el futuro”
Muchos lectores seguramente han escuchado el casete de Desiderio y su Grupo. Nos consta que fue un gran esfuerzo, un trabajo realizado con cariño, pero también sacrificio:
“Fue la más linda experiencia, por lograrlo y porque la meta es obtener la aceptación de la gente, y en ese sentido quedamos muy contentos.”
Sobre el funcionamiento del grupo que lidera, Desiderio dijo:
“estamos juntos desde el 92, los versos los escribo yo, pero escucho a los compañeros que hacen sugerencias. Al público que acerca anécdotas, porque le gusta ser personaje de los relatos. La parte musical está a cargo de Pier Fuentes. Y el coro se hace entre todos. Nos reunimos para ensayar periódicamente, con más frecuencia en la proximidad de los festivales. Hemos actuado en el carnaval, en los festivales de RBC, en los departamentos de Lavalleja, y Canelones, estuvimos en San Carlos, Aiguá, Piriápolis y por supuesto muchas veces en Pan de Azúcar”
La mayoría de los lectores conoce seguramente a Desiderio y su familia, pero nos pareció importante relatar algunos aspectos de su vida personal.
“Yo vivo en zona rural, a un kilómetro y medio del centro de Pan de Azúcar, lo que no me hace a mí “rural” porque paso casi todo el tiempo en la Ciudad en contacto con la gente. Cuando subo a un escenario lo primero que digo es que no nos vamos a saludar porque nos estamos viendo a cada rato. Mi familia se compone de mis padres y tres hermanos. Soy estudiante de Abogacía, y, además, como mis hermanos, ayudo a mi padre en las tareas del campo. Intento llevar a cabo mi vocación de humorista sin descuidar la parte profesional, que es muy importante para mí. Ser abogado es un compromiso conmigo mismo. Actuar como humorista es un compromiso con la sociedad.”
“Soy localista, quiero a lo nuestro, me gusta que a los de acá les vaya bien. Lamento que muchos muchachos
de mi generación en el liceo no hayan seguido cantando, vamos quedando pocos en los escenarios. Ahora recuerdo a los hermanos Pedrozo, que son de los pocos que siguen. De Pan de Azúcar me gusta la gente. Si pudiera cambiarle algo a mi Ciudad haría que todos sus habitantes tuvieran un mejor pasar. Quiero a la gente y creo que la gente me quiere a mí también. Si alguno no me quiere será porque no le gustan mis versos, pero por otra cosa no.”
Recuerdo aún la risa de buena gana de importantes políticos cuando en aquella fiesta de “Pan de Azúcar en Sintonía”
Desiderio lanzaba su propuesta electoral, o relataba las peripecias de Don Eustaquio el Barrendero para hablar con el Intendente.
En más de una oportunidad hemos acompañado al Grupo en actuaciones lejos de Pan de Azúcar, y fuimos testigos de muchos calurosos aplausos. Merece tener éxito. Se lo deseamos de corazón, como humorista, como abogado y como persona.
Una Historia diferente
En 1987 fue publicado un pequeño libro de historia familiar, titulado: “Tiempo de Recuerdos”. Su autora es mi madre Wilma Pereira de Vaccaro. Recuerdo perfectamente haberla alentado a escribirlo, porque creo que la historia de una familia es un poquito la historia de una ciudad.
Finalmente, escrito y publicado, “Tiempo de Recuerdos” circuló entre parientes y amistades, hasta quedar agotado. Nunca salió a la venta, aunque estoy convencido de que a muchas personas más hubiera interesado su lectura.
Obvio es que, al tratarse de mi propia familia, el libro no solamente me atrae, sino que entrar en sus páginas me produce tanta emoción, que suelo descubrirme con lágrimas en los ojos. Pero no es mi propósito hacer un análisis ni de lo escrito ni de la escritora, ya que me sería imposible actuar con objetividad. Sí, quiero, sin embargo, rescatar un capítulo de la historia de Pan de Azúcar que parece perdido para la mayoría y que mi madre se empeña en retener.
Se trata de una Banda Popular que fue dirigida por un gran maestro, Emilio Coccioli Castello, y que integraron como músicos muchas personas que los lectores recordarán, o ubicarán fácilmente.
En la Revista Letras Nº 4 se publica en pág. 81, un artículo titulado “Recuerdos para una Banda”, autoría también de Wilma Pereira de Vaccaro, sobre el que no vamos a hacer comentarios porque los interesados podrán leerlos sin ninguna dificultad.
Nos sumergimos entonces en “Tiempo de Recuerdos”: la escritora mira el pasado y rememora su propia infancia como la de una niña que ve crecer desde su interior intemporal:
“El patio de la escuela y la plaza vecina, oyen a la niña, con cierta frecuencia, recitar un poema. La epopeya de su patria la motiva, la hace vibrar. Ama la poesía como antes al mar”
“Paralelos a sus clases de primaria, emprende otros estudios. La Música está de moda. Un maestro múltiple, inteligente y laborioso ha logrado formar en pocos meses, en 1943, una juvenil y numerosa banda. La misma alegra las mañanas domingueras.”
“¡Tantos integrantes! ¡Tantos nombres…! Escapan al olvido los de algunos miembros del grupo: Miguel Ángel Bonilla,(Piringo ) que será un día artista plástico, Borrego, Raúl Barbarita (Tito ), los hermanos Agner, Édison Salaberry, Regino Burgueño,(h.), los hermanos Monfort, Saúl Martínez, Miraballes, Gutiérrez, Hnos. Golfarini, Buby Goicoechea.”
¡El uniforme azul, los áureos instrumentos! ¡Pan de Azúcar de fiesta!”
“Emilio Coccioli Castello se llama el Director y formador de la banda. Exigente y brillante. Por sus venas corre la musical sangre del Mediterráneo. No hay instrumento que esconda secretos para él. De todos arranca acordes y sones melodiosos. Es un trozo de Italia hecho música. La esposa, Elisa Buschiazo lo acompaña y complementa.”
“La niña elige el violín para participar de aquella farándula de musicalidad y de lirismo. Sin dudas equivoca el camino. Carece de la calidad auditiva que requiere un instrumento tan sensible. Suple las carencias con técnica y conocimiento. Logra así ejecutar con aceptable digitación. El solfeo es su fuerte y prontamente se convierte en auxiliar, ayudando a alumnos de clases inferiores. El matrimonio Castello casi la adoptó espiritualmente. Gana a otros padres sin perder a los verdaderos. Ellos descargan así su afecto contenido. Cariño de padres sin hijos, de abuelos sin nietos. Cariño recíproco, lealtad. En esas premisas se basaba esa amistad verdadera y perdurable.”
“Aquí, entre Pizzicatti y cantábile oye muchos vocablos del italiano clásico. Aprende nombres de grandes genios: Verdi, Beethoven, Paganini, Rossini, Mozart, Puccini”.
“Gana muchos amigos en esa familia de aspirantes a músicos :Dora De León con quien también comparte las aulas escolares, Nubia, Marta y Susana Araújo, Norma Sierra, Mabel Batista, Álvaro Tell y Silvia Figueredo, Óscar y César Bonet, Mary Goicoechea García, (la belleza del grupo ) Marta Burgueño, Luz Aurora Sención, Rodolfo García y Argot Vigliante(Estos últimos serán más tarde alumnos suyos) son algunos de los nombres que han de acompañarla en el recuerdo, no importa las rutas diferentes que emprendan en la vida.”
La historia de la niña continúa y salta a otras etapas. Pero en estos párrafos quedó perpetuada aquella banda. El maestro Castello habitó más de diez años la casa de General Artigas casi Francisco Bonilla, anteriormente la residencia de los años niños de Álvaro Figueredo, actualmente Museo Regional Álvaro Figueredo. Llegó en 1942 a crear una banda en la entonces Villa de Pan de Azúcar, la que debutó con gran éxito en febrero del 43 y luego de años de auge, tuvo su ocaso definitivo en diciembre de 1953.
Algunos de los instrumentos utilizados por aquella banda, reposan ahora en el Museo, por esas cosas del destino, en la misma casa donde vivió el Maestro.
Fue una época que no conocí sino a través de algunas coordenadas. En cambio, no olvido el nombre de “Doña Elisa” la esposa del maestro, y mi madrina de bautismo… a quien vine a conocer allá por los años 73 o 74, cuando yo estudiaba en Montevideo.
Pan de Azúcar y la vivienda
Si bien no es un problema exclusivo de la ciudad, la vivienda constituye una de nuestras principales carencias y una de las trabas más importantes para un justificado gran crecimiento.
Si analizamos los números que detallaremos más adelante, estaremos de acuerdo en que Pan de Azúcar ha duplicado su población en los últimos veinte años, y también en que ese aumento sería mayor si se dispusiera de más complejos habitacionales y como consecuencia de más casas para alquilar.
Por un lado, los jóvenes que deciden casarse no pueden acceder fácilmente a su casa propia, ya que ingresar en cooperativas de vivienda requiere suerte para encontrar vacantes, tiempo para esperar que se realice la obra, y generalmente un buen salario para afrontar la cuota que oscila en U$S 200
Además, mientras se reúnen las condiciones antedichas, si la pareja contrae enlace, debe recurrir mientras tanto a una casa alquilada. Vamos a ignorar por el momento, la posibilidad de construir una casa, ya que los costos son demasiado elevados como para que alcancen a ellos, matrimonios jóvenes con ingresos medios. Los precios de alquiler fluctúan en el mercado, en función de variables poco predecibles, como la instalación en la zona de alguna empresa vial o constructora importante. La ley de oferta y demanda llevó en 1994 a los alquileres normales, por encima de los trescientos dólares mensuales. Entre abril y mayo de 1995 se produjo una baja en estos valores, llegando a los doscientos dólares, como consecuencia del alejamiento de empresas y una menor demanda de mano de obra.
Bastará el comienzo de alguna de Las proyectadas construcciones, como el puente en Ruta 9 sobre el arroyo Pan de azúcar, bituminización de calles, etc. Para que los valores vuelvan a elevarse.
Por otro lado, buscadores de empleo llegan al departamento de Maldonado desde distintos puntos de nuestro país, y si tienen suerte de encontrarlo, Pan de Azúcar es una interesante opción para establecer residencia, ya que su condición de vértice de rutas facilita el traslado a y desde el lugar del trabajo, se trate de Punta del Este, San Carlos, Piriápolis u otro paraje de la región. Para recibirlos, Pan de Azúcar necesita más casas para alquilar.
Algún lector se preguntará por qué ese interés en favorecer el crecimiento de la población. Es verdad que, con el mismo, aparecerán algunos problemas que hasta ahora son mínimos: aumento de delincuencia, prostitución, carencia de servicios, ya bastante como los de UTE y OSE (cuyos cables y cañerías datan de mucho tiempo y son vetustos), algunos no totalmente extendidos como el saneamiento. Habrá que reforzar la recolección de residuos, la asistencia de salud y la cantidad de efectivos policiales. Pero simultáneamente, cada comercio accederá a un mercado más numeroso, lo que debe traducirse en prosperidad. Se deberán ampliar los centros educativos, se formarán más grupos de alumnos y trabajarán más docentes, habrá más comercios y más empleados, y tal vez alguna industria, si prosperan las gestiones de la Mesa de Ediles de Zona Oeste para activar el Parque Industrial de Pan de Azúcar.
El primer complejo de viviendas entregado en la ciudad, fue INVE. Consta de ciento dos apartamentos de dos y tres dormitorios. A un promedio de cuatro personas por casa, INVE cuenta con unos cuatrocientos habitantes. Este complejo comenzó a ser ocupado en 1975, aunque algunas familias recién lo hicieron en 1977.
COLEOL, (Cooperativa Leonardo Olivera) comenzó a trabajar en 1971 hasta que logró comenzar la obra en 1979. Las 30 viviendas y el Salón Comunal fueron construidas por los propios socios, y el primer ocupante fue Carlos Pimienta con su familia, desde el 12 de octubre de 1981, día en que se adjudicaron los apartamentos.
En junio del 86 fueron entregadas las veintidós viviendas de SOCIPA, Sociedad Civil Portezuelo consta de treinta viviendas, entre INVE y la Escuela Técnica Agr. Julio O. Rubio.
El Complejo B 24, al Oeste de INVE, cuenta con cuarenta y seis viviendas que fueron entregadas en 1994.
En momentos de enviar este material a la Imprenta, están prontas para ser entregadas las veintiocho viviendas (planta baja, tres dormitorios y salón comunal) de la cooperativa 19 de junio (Ex COALFI). La piedra fundamental se colocó en 1992 y la obra comenzó en 1994.
También están casi terminadas, las viviendas económicas que la Intendencia construyó en el Barrio Estación, en un predio adquirido a AFE. Según supimos, a mediano plazo se construirían trece más.
Están en marcha también cincuenta y cinco viviendas de la cooperativa Carrasco PEVI sistema “Duplex,” que ocuparán el predio ubicado entre las calles Enrique Brum, Carlos Silva, Fraternidad y Tala. Se habitarían entre 1996 y 1997.
Junto a la “Vieja Bodega” se habitarán, entre 1996 y 1997, las treinta y tres “Dúplex” de CIFA. Frente a Carrasco PEVI
(separadas por calle Fraternidad) quedarán prontas para 1997 las 36 viviendas de COVISANLU.
Podemos concluir en que muchos apartamentos serán habitados en poco tiempo más, y que desde 1975 hasta el 97, habrá por lo menos 407 nuevas viviendas en Pan de Azúcar. También se han construído muchas casas independientes, pero, aun así, las vacantes se cubren rápidamente y no es fácil conseguir donde vivir en la Ciudad.
Habrá que seguir bregando por más soluciones habitacionales, y al mismo tiempo, formar una comisión para elaborar un “Plan Director” del crecimiento de la Ciudad y coordinar la prestación de servicios.
El tema es verdaderamente importante, y debe mantenerse vigente, no sólo como una meta de prosperidad, sino para evitar situaciones muy desagradables… Porque mientras escribimos este artículo han comenzado a aparecer algunas viviendas precarias, ranchitos de lata, cartón y “nylon” en la periferia de la ciudad, y hemos visto con disgusto en frías madrugadas a alguna persona durmiendo arropada con mantas, al débil abrigo de una parada de ómnibus.
Reportaje a Abayubá Caraballo
Abayubá Caraballo es uno más. Uno como tantos. Uno de esos hombres que eligen la guitarra como apoyo en una forma de comunicación: el canto.
En toda sociedad surgen personas como él, que se encuentran consigo mismas cuando pulsan las cuerdas y dejan escapar el alma por la voz.
Pero Abayubá es, además, de los mayores exponentes que ha tenido la canción en Pan de Azúcar, tanto, que su presencia y actuación ha sido aplaudida en cada rincón de nuestro país y fuera de fronteras.
Sin restar importancia a los méritos que acabamos de reconocerle, Abayubá ha tomado para sí una misión trascendente: difundir como canciones la poesía de nuestros poetas…Álvaro Figueredo, Ricardo L. Figueredo, Raúl Montañez.
Nuestro propósito es reconocer la trayectoria de este artista nuestro, pero simultáneamente, homenajear en él a todos los muy buenos cantantes que han surgido en nuestra zona, y alentarlos a seguir su difícil camino, no al éxito, que es imprevisible y secundario, sino la de querer cumplir la misión asignada por dios cuando les dotó de sensibilidad, oído y voz para recorrer los escenarios del Mundo.
Abayubá fue mi compañero de clase en el liceo de Pan de Azúcar, y yo lo recuerdo a él y a otros buenos cantantes de aquella generación integrando el Coro, o haciendo rueda en los recreos para tararear alguna tonada popular.
Invitado para conversar sobre su vida de guitarrista y cantor, Abayubá Caraballo recordó: Cuando tenía 7 u 8 años, antes de empezar a estudiar, sentí el peso de mis raíces, de la herencia. La familia de mi madre (los Plada) es muy numerosa, y siempre vivimos en el Rincón de Olivera, junto a la Laguna del sauce. Mi abuelo era el poblador más viejo del lugar, y mis abuelos y tíos tenían siempre instrumentos musicales. Mi abuela tocaba excepcionalmente bien la guitarra, y tenía un amplísimo repertorio. Yo me sentía sombrado cuando la escuchaba. De tanto en tanto, cuando se reunía la familia en fiestas de fin de año, yo escuchaba a todos los que cantaban y hacían música. Los escuchaba con mucha atención hasta que me dieron la oportunidad de estudiar guitarra.
“Tenía entonces siete años, creo, y comencé con la profesora Raquel Barrios. En aquella época, escuchaba la radio, y quería “sacar” las canciones, “Tocarlas” en la guitarra como mis tíos. Como no lo logré un día reventé una guitarra contra el suelo”
“siempre sentí inclinación por la música folclórica, pero en realidad la música me gusta toda, de cualquier género.
La música clásica en particular me gusta mucho. Yo estudié guitarra en una Escuela de Música Clásica”
“Me inicié como te dije con Raquel Barrios, luego con Jorge Berruela, con Abel Carlevaro, con Amílcar Rodríguez Sida, con Rodolfo Ovejero, en Argentina, con el famoso Laucha Prieto, con Ipuche Rivas estudié Historia
de la Música, y con otros maestros que no recuerdo, en un seminario para el cual fui becado por el Ministerio de Educación y Cultura”
Cuando le pregunté si había ofrecido algún concierto de guitarra me contó que sí, que lo había hecho varias veces. Tocaba música clásica.
“Para mí fue una experiencia muy, muy linda, la del Coro del Liceo, tiempo que compartí con Silvia Meyer, Gloria Beltrán, Graciela Grille, Doris escobar, Daniris Méndez; gente que tenía hermosísimas voces. “
“Por lo que “mamé” en mi infancia, yo quería hacer mis canciones. Me gusta mucho escribir, aunque no he encontrado nunca las condiciones necesarias para hacerlo. Empecé a musicalizar poesía de acá. El primer autor que tomé fue Raúl Montañez, después Álvaro, el Maestro Chino…”
¿Qué opinas del canto de protesta?
“Bueno, la injusticia social existe. Algunos lo cantan porque lo sienten, y eso está bien. Otros se suben al carro. Me gusta cantar lo que siento, pero no “darle leña por dar” por “quedar bien” ni por otros motivos. Yo le canto al hombre, al paisaje. Todo va de la mano si uno lo hace con sinceridad.”
¿En qué lugares has cantado?
“Bueno, no te voy a decir que he recorrido el mundo, pero he estado en muchos lugares, Argentina, Brasil. Tuve posibilidades de irme para Europa, y sí he catado prácticamente en todo Uruguay.”
“He desperdiciado algunas oportunidades porque soy medio terco, pero siempre prefiero quedarme con lo mío. Otros transan y está bien, pero yo no puedo. Me gustaría sí vivir de lo mío, vivir de lleno de lo que hago y superarme con mayor rapidez”
“Es difícil, casi imposible, vivir del canto en Uruguay. Algunos lo logran, quizás porque “la pegan”. Es difícil, y a veces hay gente que está alrededor de la cosa, que lo hace difícil. También pesan también factores como la ideología política y hay gente que tiene condiciones y siente que el público le responde, pero luego no le dan oportunidades.”
“En los festivales más conocidos hay comisiones, y muchas veces los integrantes de esas comisiones están comprometidos políticamente…siempre son los mismos y eso no es muy bueno. Al hablar con gente que está cerca de la música siento que las oportunidades no son iguales para todos. Hay nombres que se repiten y que no están todos los años al mismo nivel, o la presencia de gente de Argentina, mientras es muy difícil ser invitado para festivales argentinos como el de Cosquín, por ejemplo. En Uruguay se prefiere lo que viene de afuera, a veces artistas que no son nada espectacular, y se relega lo nuestro. “
¿Qué siente un artista sobre un escenario?
“No sé si todos sentimos lo mismo. Yo tengo éxito con el público, lo digo sin falsa modestia, porque yo lo respeto y en esa relación tal especial me va bien… Cuando uno sube al escenario tiene que estar bien. A mí me ha pasado estar “muerto” pero apenas enfrento al público cambio radicalmente y me siento bien.”
¿Cómo ves a la juventud de hoy?
Creo que tiene pocas posibilidades. Los chicos no tienen oportunidades, se les critica, pero hay que comprender que hay carencias de afecto, las familias no son como las de antes, la televisión influye mucho, malos programas que llegan de afuera”.
¿Qué opinas de Pan de Azúcar?
“Tiene como todo cosas positivas y negativas. Al estar cerca de Punta del este y Maldonado su realidad es de todos modos distinta a la del resto del interior del país. Desde Pan de Azúcar puedes ir a Piriápolis, a la playa, estas cerca de todo… En otros lugares la cosa es mucho peor; no hay nada, no hay donde ir ni qué hacer. Falta trabajo. Falta todo. Da miedo. Acá no pasa eso. Hay un gran movimiento cultural, La Vieja Bodega, La Comisión de Cultura, aunque a veces se desperdician algunos valores que podrían aprovecharse mejor. A los jóvenes artistas, a los que les gusta la canción, yo les aconsejo que estudien. Que acompañen las condiciones naturales con estudio y con iniciativa. No quedarse a esperar las oportunidades en casa, sino salir a buscarlas, a golpear puertas. Hay que luchar para llegar.”
Abayubá Caraballo. Un cantante de excelentes condiciones, un guitarrista de gran nivel, un artista nuestro, de Pan de Azúcar, de nuestro Uruguay.
Un pandeazuquense como tantos, orgulloso de su terruño, que ha hecho estremecer de emoción al público con letras simples como un sincero afecto por todo lo que nos rodea.
Un hombre joven que tiene mucho para dar en los escenarios del mundo.
Lo del comienzo, uno más, uno como tantos, con la sensibilidad como estandarte,
“La canción de Pan de Azúcar”
En 1994 se realizó en Pan de Azúcar un concurso denominado “La canción de Pan de Azúcar” organizado por el programa Pan de Azúcar en Sintonía, que conduzco en RBC.
El resultado fue:
Mención especial por la participación en los 12 años de Pan de Azúcar en Sintonía: Roberto Silva y Miguel Ángel (Chiquito) Clavero
Premio a la dedicación y al mérito: Martín Hernández
Premio a la originalidad, efectos y recursos sonoros: Pier Fuentes
Premio a la canción de Pan de Azúcar:
Letra de Luis Alberto Quevedo, música e interpretación de Julio Caballero
Premio a la Mejor Letra: Héctor Sánchez.
Canto a Pan de Azúcar
Llegué de mis pagos del sur
Con mi bagaje de sueños
Y hoy mi musa inspiradora
Es Pan de Azúcar, mi pueblo.
He recorrido mil costas
Muchos cerros, bosques, playas
Y encontré un rincón florido
linda ciudad, sin murallas.
Con tus calles empedradas
Y las veredas angostas
La población bullanguera
Que trabaja a toda costa
Te cantaron tantos poetas
De Figueredo a Botaro
Que han resonado los ecos
De tu arroyo, el sauce claro.
Cuna del Indio Miguel
Como un altar de leyendas
Benditos los fundadores
Que eligieron estas tierras.
Suenen fuertes las campanas
Suelten palomas viajeras
con mensajes de esperanza
Bajo el sol de mi bandera.
……………………………….
Cientos de túnicas blancas
Corretean por los patios
bajo la sombra del prócer
Rumbo al Liceo, al trabajo.
Para aquellos que se fueron
Dejando un vacío inmenso
Los premiará el Ser supremo
Al ver feliz a este pueblo.
Duerme tranquila Ciudad
al abrigo de tu cerro
sigue soñando un mañana
Que es tu paz, amor, progreso.
…………………………………..
Letra: Luis Quevedo
Música: Julio Caballero
Intérprete: Julio Caballero
Te recuerdo Pan de Azúcar
Oh Comparsita querida, me tienes que acompañar
Pues tengo que recordar, una etapa de mi vida
¿Te acuerdas de Pan de Azúcar?
Que en mis tiempos era un pueblito,
Con pocas casas, chiquito, y hoy te encuentro hecho ciudad.
¡Cómo creciste! ¿verdad? Y se agolpan los recuerdos…
aquellos de mi niñez, la Escuelita de la Plaza,
las casitas arboladas, calles de tierra, embarradas,
veredas que no existían, pero qué amor que tenías,
con qué alegría te entregabas y tú que todo lo dabas
también me fuiste quitando, mis viejos, que ahí están,
pero que ya no los tengo, la Iglesia, la comunión
y la tercera del Boca, que era del Barrio Estación;
Quinche, El Pibe, Rubito, Pelancha, El Tarra Amengual,
El Turco Tuvi Víctor, el gringo Falvo y Píriz
Y yo para completar.
Cuántos amigos se fueron, qué tristeza que me embarga,
Si hasta el Maestro Chino, te recuerda con nostalgia;
Te fuiste Abayubá, al Clota ya no lo veo, y de ti
Negro Piolín, sólo me queda el recuerdo
Las pescas en el arroyo, las carreras que desnudos
Corríamos mano a mano, con final de Policía
Y las masitas de Alcorta, como faltaban vintenes,
Ni de zurda las comía.
¿Dónde estás Negro Polanco?,no te veo con mi hermano,
como tú eras de humilde así te fuiste, callado.
Y la pelota de trapo, con las medias de la vieja,
De arco, dos paraísos, que había en cualquier vereda.
El partido era sin juez, sin reglamento no horario,
Con el pitazo final, de aquel milico Martínez,
Que siempre fue muy corsario.
La murga de gustadito, las letras de Ildo y el Catalán,
El nombre muy sugestivo, La sociedad del Chorizo,
Los versos, por la censura, no lo esperen, no los digo.
¿Y de mi Abuela Agustina?, ¿se acuerdan? La Colchonera,
creció pareja con vos, pasó su vida en tu tierra,
crió una familia grande, luchando con la pobreza,
también recuerdo a Nocceti llevando algún pasajero,
al Marqués de las Cabriolas, Pampaya, Mascate, Andito
y a mi Tío abuelo Aparicio, que fue el primer Farolero.
Partidos de fútbol fuerte, con peleas en canchas o callejeras,
Muy pronto las terminó, con su famoso tordillo,
El Comisario Pereira.
De a poco fuimos creciendo, pantalón largo, la barba,
Los amores tras la reja,
Y las primeras entradas en el café de Mereja.
Mujeres de vida fácil…el que le puso ese nombre,
Muy poco las conoció, pasamos noches enteras
Conocí algunos secretos, me acuerdo de muchas de ellas,
No las nombro por respeto.
Y nos fuimos separando, tú más joven, yo más viejo,
Cumplís ciento veinte años y te llevo en mi recuerdo,
Cuando paso por tus calles, tus memorias son tristeza,
Nostalgias de lo pasado, de lo que no volverá,
Sólo me queda la espera para encontrarme con todos
Cuando lo decida Dios, el día del Juicio Final
¡Oh Pan de Azúcar de antaño! ¡Nunca! ¡Nunca! Te voy a olvidar!
Héctor Sánchez
Algunos breves comentarios:
A los pandeazuquenses nos falta localismo. A menudo viajamos a Montevideo para hacer compras, sin antes recorrer los comercios de la Ciudad. Luego adquirimos lo mismo, casi al mismo precio, pero perdemos un día, más los gastos en pasajes o combustible y algo más.
Uno de los mayores progresos de Pan de Azúcar es en el área de la salud. El viejo hospital ya no se reconoce, pues en su lugar se yergue un modesto edificio, muy bien equipado y atendido. Además, La Asistencial Médica ha levantado su excelente policlínica, con guardias médicas permanentes, atención de especialistas, internación, rayos X, enfermería y farmacia. También cuenta con una buena policlínica el Sanatorio mautone. Médicos y enfermeros de gran capacidad aseguran tranquilidad a la población, en materia de salud.
Sobre el hospital, es de destacar el esfuerzo de la Dirección y personal, pero sobremanera la Comisión de Apoyo y de la población de toda la zona.
Habría que investigar qué factores de contaminación tiene nuestro aire, ya que se constata un alto índice de enfermedades respiratorias.
Muchos habitantes de la Ciudad no han conectado al Saneamiento y utilizan “robadores de pozos negros” con los que dejan fluir, como al descuido, sus excrementos a la calle. Claro está, todo va tarde o temprano al arroyo Pan de Azúcar.
Agreguemos pérdidas en el sistema cuando llueve mucho. (OSE informó que se debe a quienes conectan al saneamiento el agua de los patios), productos químicos de fertilizantes o de industrias (¿?) y otros factores que contaminan el arroyo. Éste desemboca en la Laguna del Sauce desde donde se extrae agua para Punta del Este, Maldonado, San Carlos, Piriápolis.
El agua potable de Pan de Azúcar se obtiene de pozos surgentes con bombas. En la actualidad funcionan cinco, pero una sexta perforación se utilizará próximamente. De todos modos, habrá que pensar en el futuro con propuestas más importantes para que no siga faltando agua en verano.
Como logros de los últimos tiempos: el Gimnasio Municipal y el Matadero y Frigorífico, en lo que conocemos como “El Abasto”
Un esfuerzo ha cristalizado en la Casa de La Cultura y Museo Álvaro Figueredo con un excelente local, un Museo en crecimiento, y salas para exposiciones, para cursos varios Etc
Qué pena AFE. Aquella estación al final de la Avenida Devicenzi, recorrida por peatones y vehículos de todo tipo para esperar el tren…Cuando pasamos por allí nos invade la tristeza. Quiera Dios que no sea sólo un recuerdo, sino que algún día como en los países del Primer Mundo, el ferrocarril vuelva a pasar por cada pueblo como el más importante medio de transporte de pasajeros.
Hay un mes en el año en el que todo cambia. La gente sale de su casa a divertirse, gasta poco, y valora la iniciativa, buen humor y sentido de compañerismo de sus vecinos. Este mes es octubre, el de Las Albionadas. Albion cumple años con actividades sociales, deportivas, recreativas. Que no deje de hacerlo.
No hace mucho tiempo, Pan de Azúcar tenía un “Centro Comercial”. No hemos tenido noticias de esa Institución en algunos años, y nos parece que su acción resulta fundamental para coordinar esfuerzos hacia el progreso de la Ciudad
Una mención especial para Marita Pacheco de Blois. De su impulso y generosidad nació “La Vieja Bodega”. Instituciones y viviendas se levantan en terrenos que ella donó. Muchos pandeazuquenses necesitaron alguna vez su ayuda y la tuvieron. Pero es además una persona de fina sensibilidad, visible en su poesía, en sus festivales y en su presencia.
Si un progreso ha marcado época, es la automatización del teléfono y su posterior digitalización; ya no más “dar manija” hasta perder el juicio, esperando aquella palabra: “número…”
ANTEL brinda un servicio tan bueno que no sólo todo es distinto, sino que lo anterior es un vago recuerdo de un tiempo superado.
Pan de Azúcar cuenta con ejemplares instituciones: Sociedad Recreativa La Trilla, Sociedad Los Amigos, Sociedad Nativista José G. Artigas, Rotary Club, Comisión de Cultura, CODEPAL
Comisión Casa de la Cultura Álvaro Figueredo, clubes sociales y deportivos, entre otras, todas las cuales que nos enorgullecen.
La Casa de la Cultura de Pan de Azúcar, la Vieja Bodega, y Pan de Azúcar en Sintonía, nuestro espacio en RBC, nacieron en 1982
Muchas cosas han escapado a este libro. Si Dios quiere, nos proponemos incluirlas en una próxima entrega.