¿Quién soy? ¿El niño en bicicleta recorriendo cada palmo de su barrio, cada calle, cada curva? ¿El infante que tiraba camioncitos por rutas imaginarias en el parque de la casa? ¿El que jugaba a la pelota con los amigos en cualquier canchita improvisada?
¿El escolar que volvía del Colegio con medallas a la buena conducta? ¿El que recitaba poesías en la plaza, vibrando de emoción?
¿O soy, tal vez, el adolescente que se fue muy temprano a estudiar a la gran Ciudad, y retornaba a casa cada sábado, urgido del reencuentro con su familia? ¿El que escribía poesías cada tarde, enamorado de la ventana que daba al parque?
¿El que nunca se fue del pueblo, ni siquiera en los años en los que casi no estuvo?
¿El comerciante sin éxito, que sufrió por él y por su entorno? ¿El que tuvo que aprender de conveniencias a los golpes?
¿El docente vocacional que amó sus clases, como un teatro blindado contra los malos tiempos?
¿El periodista de radio que jamás quiso ser brillante, sino confiable?
¿O soy el deportista que fue sembrando amigos por los campitos y las canchas, con la pelota de fútbol como excusa y el respeto por bandera?
¿Quién soy? Porque el camino se me ha hecho corto pese a las montañas que debí sortear. Porque aún las rosas más preciadas, osaron herirme las manos. Porque encontré reconocimientos donde no los esperaba, y alguna ingratitud donde no lo creía.
¿Quién soy, sino un hombre caminando de cara al poniente, satisfecho por las intenciones motoras, y parcialmente complacido por los resultados?
¿Soy el docente capaz de reír con sus estudiantes, o quien, en soledad, llora de impotencia por el sufrimiento de algunos adolescentes?
De pronto sólo aquel que se conecta al Universo por el teclado de una computadora, cuando descarga a tierra sus tensiones con la escritura…
…Capaz de reconocer y arrepentirse de sus errores, pero no de olvidarlos. Temeroso de cualquier peso de conciencia, feliz cuando la acción resultó buena para otras personas… O resultado de aquel niño tímido del Colegio, partidario al extremo de la igualdad de derechos y oportunidades, pero también del esfuerzo…
¿Soy el soñador que basa sus pasos en ilusiones? ¿El que va contento al trabajo cada mañana?
¿O soy lo que el resto de la gente cree que soy?