¿Sabes qué cosas pasan de la cara para adentro de una persona?
Es fácil prejuzgar, basar tus opiniones en tus propias medidas, tomar tus modelos como la realidad general, tus preconceptos como verdades comprobadas… No sabes qué experiencias marcan lo más profundo de la gente, no sabes qué dolores moldearon su personalidad, sus gestos. No sabes qué sueños frustrados lastiman su alma, qué golpes, qué heridas nunca curadas, qué cicatrices se ven por su mirada, como un código incomprensible.
Y tú, porque es fácil emitir veredictos… no mides sus acciones, su historia, su lucha por la vida, sino su estilo de vestir, su peinado, su lenguaje.
No sabes el contexto de su infancia, de su familia, las modas de su entorno, de sus amigos, de su barrio… Los emergentes de todos sus años. Porque ninguna persona es libre de sus circunstancias, que muchas veces no se parecen a las tuyas.