Te pido por los muertos, por el descanso de su alma, por el consuelo y resignación de los deudos.
Te pido por quienes tienen miedo, por quienes sufren, por los enfermos.
Te pido Señor, por quienes han perdido el incentivo de la vida, por los prisioneros del tedio, por aquellos que gritan donde nadie los escucha.
Por los que se sienten desconectados del Mundo, por los que dejan escapar sus sueños, por los que están agobiados por los “no se puede”.
Te pido, señor, por los deprimidos, por los que están perdiendo las esperanzas, por los que se preguntan si vale la pena.
Te pido un rayo de luz que los ilumine, que les haga ver los caminos que hoy sienten escondidos, el puerto que oculta el horizonte, los amigos, los seres queridos, el entorno de vida…
Te pido, Señor, por los prisioneros de la Tristeza, por los que, en las cadenas del contexto, se van quedando sin fuerzas.
Te pido, Señor, por los que a veces, no alcanzamos a entender tus motivos.