Fotografías con mis primeros alumnos… ¡No! Si acaso alguna en algún álbum, algún paseo, muy poco. Las fotografías eran muy caras, comprar el rollo, el revelado… costaba mucho, se hacía sólo en ocasiones muy especiales y con mesura.
Alguna vez, allá por 1986, llegó el Cometa de Halley. Allí compramos una cámara réflex (era una Zenith) y aunque un poco rústica, sacaba buenas fotos. Tenía varios lentes, un duplicador de aumento, disparador por cable, adaptador para el telescopio. ¡El revelado seguía siendo carísimo! Y los rollos de 400 asas, o de 1000 asas, eran caros y no se conseguían sino en Montevideo.
Tomamos fotos astronómicas, eclipses, la Luna. Muchas veces de 36 fotos, salían dos o tres buenas, y a veces… ¡Ninguna!
La experiencia no era muy acumulable porque mandaba a revelar el rollo y había que esperar muchos días. Cuando volvía no me acordaba bien cómo había intentado la toma, para evaluar el resultado y no repetir errores. Un desastre. El presupuesto no daba. Muchos rollos quedaron sin revelar. Decepción. Fui espaciando mucho la compra de rollos… Casi había abandonado.
Entonces aparecieron las cámaras para imágenes digitales. Las primeras eran de muy baja resolución y casi primitivas. Fui buscando la forma de usarlas en Astronomía, pero por lo menos podía tomar decenas de fotos y elegir las que me gustaran… ¡Gratis!
Fueron mejorando hasta que pude comprar profesionales. Entonces el resultado mejoró mucho. Después los celulares incluyeron cámaras cada vez mejores. En mis últimos años de trabajo mis alumnos tomaron excelentes imágenes de la Luna y planetas con su celular por proyección de ocular en el telescopio. Maravilloso, un buen incentivo para ellos. Además, he tomado cientos de fotos con alumnos. De todo eso, si buscan, van a encontrar en https://www.facebook.com/alberto.vaccaro.9/photos