"¡No tengo techo!"
Me paré en la esquina, y él no estaba. No lo vi en la sede, ni en lo de Campolo, ni en lo de Carlitos… Falta una ficha en el tablero del pueblo. No viene, con su cadencia al caminar, Cacho Fernández. No está. No fue a la Radio conmigo el sábado de mañana, ni me vendió la tómbola de siempre. No está. Es increíble, pero hace dos años que no está. Una tarde de lluvia, una esquina, un conductor que no lo vio en el cruce de la calle…
Ya nadie cuenta el sorteo de quiniela con su gracia, con los números de los sueños, con las boletas a la volqueta y ni para el ómnibus en el bolsillo.
Ya no escucho su Tropical de Gala, ni anunciará orquestas en los bailes, ni lo encontraré para charlar un poco en serio y un poco en broma en cualquier vereda.
El showman de portafolio y camisa del trópico, atracción de las fiestas, el joven que imitaba a John Travolta en los recibos bailables del Centro Progreso.
“Cacho” el de la Hondita, el de la cuarta de Pan de Azúcar, el de la máquina de quinielas, el de mil amigos en los boliches, el que a veces llevaba el copete ladeado y respondía amable, los saludos de tantos…
Tal vez en aquella bicicleta de carrera, se fue por caminos lejanos…
…O hay fiesta en el cielo.
Pan de Azúcar, 28 de marzo de 2022
“Cacho” Fernández murió el 28 de marzo pasado, en un siniestro de tránsito.
Andaba en sus vueltas de la quiniela.
¿Quién no lo conocía en esta comarca?
Era casi un niño cuando jugamos juntos en la cuarta de Pan de Azúcar. Pero fue animador de lujo de los recibos bailables del Centro Progreso, en los que desplegaba sus habilidades para bailar como Jhon Travolta en “Fiebre del sábado a la noche”.
Trabajó en ANTEL y en lo de Gustavo Núñez, organizó bailes y fue estrella en los escenarios tropicales, con una muy particular conducción y presentación de orquestas.
Se le vio junto a la bandeja del tocadiscos en múltiples bailes y cumpleaños, anunció en el carnaval, y en RBC desplegó un amplio abanico de frases célebres.
Era un show sólo escucharlo en el resultado de la quiniela, porque se sabía los números de cada sueño, y hablaba en sus monólogos con personajes reales y ficticios con tanta humildad y calidez, que se ganó el respaldo de una multitudinaria audiencia.
“Tropical de Gala” le dio margen para exhibir sus amplios conocimientos de música de ese género.
Su traje y portafolios lo pintaron para siempre en las veredas de Pan de Azúcar y Piriápolis.
Sus amigos forman un racimo interminable.
Sus admiradoras, también.
Como dice la canción:
“El final, se acerca ya
Lo esperaré, serenamente
Ya ves, que yo he sido así
Te lo diré, sinceramente
Viví, la inmensidad
Sin conocer, jamás fronteras
Jugué, sin descansar, y a mi manera
Jamás, viví un amor
Que, para mí, fuera importante
Tomé, sólo la flor
Y lo mejor, de cada instante
Viajé, y disfruté
No sé si más, que otro cualquiera
Y sí, todo esto fue, a mi manera
Tal vez lloré, o tal vez reí
Tal vez gané, o tal vez perdí
Ahora sé que fui feliz
Que, si lloré, también amé
Puedo seguir, hasta el final, a mi manera
Quizá también dudé cuando yo más me divertía
Quizá yo desprecié aquello que no comprendía
Hoy sé que firme fui y que afronté ser como era
Y así logré vivir, pero a mi manera
Porque sabrás que un hombre al fin conocerás por su vivir
No hay por qué hablar, ni que decir
Ni recordar, ni que fingir
Puedo seguir hasta el final
A mi manera”
Cacho en imágenes
Desde su trono de locutor, operador y "showman".
Francisco «Cachito» Fernández, un grande como persona, un tipo bueno, que se fue demasiado pronto. Permanece en el recuerdo de quienes tanto lo apreciamos.
Pan de Azúcar en Sintonía le entregó un reconocimiento por su aporte a la Cultura, desde la música, y desde la comunicación.
Un Grande lo conocí cuando era un niño del mismo barrio Sur que decir se extraña el no verlo con la quiniela y no escucharlo en la radio una persona de esas que vivirán en el recuerdo de todos quien lo conocimos