HOY, SEIS DE SEPTIEMBRE, ES EL CUMPLEAÑOS DE ÁLVARO FIGUEREDO.
Yo no lo recuerdo, seguramente lo habré visto alguna vez, pero no reparé en su figura. Murió cuando yo tenía apenas 7 años. Sí tuve la suerte de conocer y tener largas charlas con Amalia, su esposa.
Mi madre sentía por Álvaro una gran admiración, y creo que por su influencia yo me sentí atraído por sus poesías.
Dos veces cuando niño, tuve ocasión de recitar largos poemas de Figueredo en la Plaza de Pan de Azúcar. Varias veces lo hice ya mayor de edad. En mis programas de la radio, he leído decenas de textos del poeta.
Ricardo “Chino” Figueredo, mi abuelo Juan Ángel Pereira, Juan Carlos Martínez, Amalia, entre otros, me contaron, además de mi madre, muchos aspectos de la vida del escritor, maestro y profesor, de sus clases magistrales y de sus inspirados encierros creativos.
Y, por leerlo tanto, y algunas ideas del contexto, he creído entender su lenguaje no siempre literal, sino lleno de símbolos, de imágenes, de metáforas, y hasta de citas.
Los invito a entrar por esta puerta, al Mundo de Álvaro Figueredo