Cuando la ciudad muere de inercia y el horizonte de oscuridad… El silencio se quiebra por algún perro, por algún motor.
Las estrellas están más lejos, o importan menos. El espacio circundante está vacío, profundo, inexpresivo.
Hay noches como estas en mi recuerdo, y no me llaman.
Pero estoy aquí, rodeado de tedio, decidiendo si me voy a dormir.
La memoria tiene las tapas cerradas, y ninguna historia hace fuerza por salir.
Hay noches como esta en mi recuerdo, y no me llaman. Fueron de nostalgias, de soledad, de incertidumbre, de sentir la falta de los seres queridos.
Algo de eso hay en el aire, en las sombras, en las luces frías de las calles, en el alma.
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