Me gustaría escribir un libro de poesías en el bosque, recoger las rimas colgadas en las ramas, los amores que latieron por senderos ocultos, el aroma de las flores y las sombras que alivian el verano.
Escribir a los amores precolombinos, y a las diligencias que irrumpieron por el Oeste.
…A los versos nacidos al pie de un árbol, sobre las hojas amarillas del otoño, o en el espejo del agua que sigue su camino a la laguna.
Me gustaría escribir un libro de cuentos en el parque, con mil protagonistas y argumentos… Las palabras dichas en los parrilleros, o el sueño en voz baja de los amantes, en tardes coloridas de primavera.
Escribir a los trinos, al viento que canta en el follaje, a los colores distintos que exhibe el parque según las estaciones… O hasta al ruido invasivo de los motores.
Me gustaría escribir un libro con todos los recuerdos que flotan en el prado, a las noches que llegaron apuradas, a los amaneceres rodeados de rocío.
… A los espacios secretos, al aire limpio de la floresta, al trote aeróbico de alguna tarde, a las piletas de las lavanderas, a la represita, a los lugares que despiertan mi memoria… y a las horas vividas con locura, alguna vez.
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Alberto Vaccaro, mayo 24 de 2021